Se le notó entero después del correctivo del Valencia, en plena digestión del mismo, y volvió a ejercer de escudo. Asumió la responsabilidad de la funesta dinámica y por enésima vez sacó la cara por los jugadores. "No hay justificación posible y tenemos que aceptar. Los resultados han sido muy duros para nosotros", comentó en primera instancia Míchel.

Contentaron al técnico los primeros 45 minutos, pero tras la vuelta de vestuarios el Valencia resolvió dudas en un santiamén. "En la primera parte hemos competido y ha sido muy buena. En diez minutos teníamos cuatro goles en contra y no había pasado nada. Del segundo al tercer gol se nos ha acabado el partido. Es normal que los jugadores estén desmoralizados", a lo que añadió: "LaLiga está siendo muy dura con nosotros. En la primera parte no hemos metido un gol porque el mejor del Valencia ha sido su portero, Neto".

Volvió a hablar claro cuando se le cuestionó un posible cese: "Eso no es cuestión mía, la mía es responsabilizarme de los resultados y de la mejora. ¿Qué puedo decir? La dirección deportiva debe pensar qué responsabilidad le compete al entrenador".

Y acabó sacando la cara por sus jugadores por enésima ocasión: "El foco tiene que ir dirigido al entrenador. Ya lo he dicho, que los dejen en paz porque bastante tienen. No les puedo poner ningún pero, aunque cometan errores como los cometo yo. Trabajan mucho para darle la vuelta, seguro que se le va a dar la vuelta. De momento no encuentran la puerta de salida, pero la van a encontrar porque trabajan", finalizó.