Málaga CF | Entrevista Juan Ramón Muñiz

Muñiz: "Aquí nadie exige ni impone"

Juan Ramón Muñiz posa para 'Málaga Hoy'

Juan Ramón Muñiz posa para 'Málaga Hoy' / Álvaro Cabrera (Málaga)

–Una curiosidad, ¿qué le dijo Juande de Ontiveros?

–Al final a Ontiveros le pedimos como un jugador veterano porque lleva mucho tiempo en la primera plantilla y hay unas expectativas muy altas. Pero el otro día cuando fue su cumpleaños y había 21 velas. Tiene que madurar, coger experiencia, tranquilizarse y entender el juego. En eso estamos. Tiene unas condiciones extraordinarias, ahora tiene que meterse en las condiciones que tiene que tener un jugador en el aspecto de conjunto, de equipo, de bloque.

–Algo le vio Juande cuando lo puso con 18.

–Es un jugador que desequilibra, es un jugador diferente capaz de hacerte tres regates en un metro cuadrado. En determinados momentos te abre el partido pero tienes que tener cuidado porque a veces te lo abre en exceso, pero tiene una trayectoria por delante importantísima. A él le falta coger esa tranquilidad y la lectura de partido que requiere cada encuentro. Y en eso se está trabajando y él lo sabe. Hay jugadores que maduran con 17 años, otros a los que hay que esperar más tiempo, pero él las condiciones individuales que tiene son las de un muy buen jugador.

–Ontiveros, Luis Hernández, Juanpi, Ricca… Con el descenso se devaluaron en el mercado. ¿Ha mejorado ahora el patrimonio deportivo del club?

–Por supuesto, se mejora. Pero ya por una mera cuestión de dinámica de grupo. El valor nuestro individual depende un poco de la dinámica que tenga el equipo. Tú dices: “Es que este mercado de invierno hay equipos de Primera que se están fijando en nuestros jugadores”. Eso significa que el equipo va bien. Si fuéramos de la mitad para abajo, en tu equipo no habría ningún problema porque no se va a ir nadie. Cuando vas bien clasificado todos nos beneficiamos de esa clasificación. Si tú subes, vales una cosa. Si tú bajas, has perdido valor en mercado y pasas a valer lo que vale un jugador de Segunda y con la depreciación que tiene hacer un año malo en Primera. Todo eso a día de hoy ha variado un poco. Vas bien clasificado, tienes más valor.

–¿Han venido a por Ontiveros?

–Que yo sepa, no. No hemos hablado nada tampoco en la dirección deportiva porque todos tenemos claro que el objetivo común es que, en enero cuando se abre el mercado provoca un poco de inestabilidad porque empiezan los comentarios de si van o vengo, y unos son ciertos y otros no… entonces ahí lo mejor es que pase este mercado y nos quedemos como estamos. Y ahora mismo lo que todos tenemos claro es que el equipo no se va a depreciar, no se va a devaluar, en este mercado. Se va a traer gente que intente aportar su granito de arena, no se va a marchar nadie imprescindible.

–En fichajes, ¿exige o sugiere?

–Yo creo que exigir, esa palabra exigir… Lo que tenemos aquí es un grupo que trabaja para el Málaga. Secretaría técnica, dirección deportiva y cuerpo técnico trabajamos todos para una empresa. Cada uno sabe cuál es su posición y cuáles son sus misiones. A partir de ahí hablamos y, lógicamente, todos estamos en la misma idea: mejorar el equipo, que consiga la mejor clasificación posible y tal. Todos exponemos nuestro pensamiento. Todos somos gente de fútbol. Nadie exige ni nadie impone. Eso creo que es una parte fundamental de lo que se está viviendo en el club en estos momentos.

–Ahora las conversaciones con Caminero son más intensas.

–Bueno, son intensas desde el primer día. Desde que mantuvimos la primera reunión hasta ahora son muy frecuentes. Y sobre todo son muy importantes a la hora de sumar. Siempre intentamos que lo que esté encima de la mesa sea beneficioso para el club. En ese aspecto los dos nos vemos o charlamos todos los días y nos conocemos.

–¿La relación va más allá de lo profesional? ¿Han hecho buenas migas?

–Sí, pero creo también que es difícil que sea al revés. Va en el carácter de los dos. Es muy abierto.

–¿Le dio alguna patada?

–[Risas] Seguro, seguro. Era un jugador desequilibrante y yo tenía que equilibrar. Él desequilibraba y yo equilibraba.

–¿Con qué se colmarían sus aspiraciones en el mercado invernal?

–Miren, yo creo que el equipo ha hecho la mitad de la temporada y está bien. Eso te da tranquilidad, el mercado de invierno no es un agobio que tengamos que tener. Si hay algún jugador que vemos que nos pueda aportar una característica que nos pueda servir para funcionar a lo largo de estos seis meses que quedan, bienvenido sea. Todo jugador que venga a aportar su granito de arena, perfecto. Pero que es muy difícil que venga a reforzar, viene a aportar. Los jugadores que están ya han demostrado que superarles es complicado.

–¿Le ha pedido alguien salir del equipo?

–No, la verdad es que no. Hemos hablado de situaciones, pero venir a decirme “me quiero ir”, no. Yo mantengo una prioridad siempre en mis equipos y es que cualquiera que esté en la plantilla puede jugar. Uno puede llevar muchos partidos sin jugar pero un día determinado si trabaja, si entrena, si demuestra, si mantiene un buen nivel, si es un buen compañero, si hace buen vestuario, participará. El que no tenga todo eso no participará nunca. Lo que tengo hoy en el vestuario es un equipo unido y que hace muy buen bloque. Y sobre todo que sabe lo que quiere y cómo conseguirlo.

–¿Qué le está dando Keidi Bare?

–Muchas cosas. Tiene muchas características. Tiene muy buen ritmo de juego, tiene buena presión, llegada al área. En su equipo demostró que puede participar a otro nivel, que vino a entrenar y es un futbolista que tiene hambre, que tiene ilusión, que tiene ambición, que tiene todo lo necesario para estar en el primer equipo. Se ha ganado su hueco. Nadie regala nada, pero sí que nosotros no cerramos la puerta a nadie. La puerta está abierta para todo jugador, del filial y del primer equipo. Y a partir de ahí hay que demostrar cada día. No se puede pretender empezar y ya está, ya está. Te requiere mucha exigencia el mantenerse en el primer equipo.

–Estamos hablando de Hicham.

–Bueno, él tiene que darse cuenta de cuáles son las situaciones que necesita el primer equipo y qué necesita de él. Y entonces ponerlo todo en el campo inmediatamente porque si no llegan otros compañeros y te van pasando por encima. Esto es un día a día y el equipo te va exigiendo para ir bien. Hicham es un futbolista que nos ha dado momentos agradables y tiene una característica muy buena como es la velocidad. Se tiene que ir enganchando nuevamente al trabajo y la insistencia. Y que cuando baje al filial tiene que demostrar que está preparado para subir al primer equipo.

–No deja de sorprender que un equipo con tanta exigencia haya hecho debutar a tantos canteranos.

–Yo vengo de un equipo de cantera. Si no hubiese habido un entrenador en el primer equipo que me conociese de la cantera, habría sido muy difícil que me pusiera. Seguramente si los entrenadores hubieran sido de fuera, no nos habría dado paso, porque no nos conoce. Intento estar muy cerca del filial, verlo mucho tiempo, que vengan a entrenar muchos jugadores con nosotros. Y ahí ya vas haciendo tu selección de las características que pueden encajar dentro del grupo. Puedo tener muy buena cantera, pero si nunca suben, la cantera se va a otro sitio. Lo que yo quiero es que los jugadores vean que se da paso. Así será más fácil traer a jugadores buenos porque van a ver una posibilidad de entrar en el fútbol profesional mucho más cercana que otros equipos. Los que han subido aquí han dado muy buen rendimiento al club. Son cinco jugadores más que ahora tienen más valor y para el patrimonio del club es importante.

"Puedo tener muy buena cantera, pero si nunca suben, la cantera se va a otro sitio".

–¿Cómo puede ser que Blanco Leschuk no estuviese en el radar de otros equipos de superior categoría?

–Porque vienen de ligas que no son tan seguidas, simplemente por eso. Cuando estuvimos en Ucrania te das cuenta de que hay muy buenos jugadores. Lo que tienes que ver es qué jugador se adaptaría bien al juego, a las costumbres de España, a las características del país... Son maneras de vivir y trabajar diferentes. Son periodos de adaptación y rodaje. A partir de ahí, rendimiento asegurado porque son buenos futbolistas. En todas las ligas los hay. Lo difícil es saber cuál va a rendir en otra liga distinta. Es muy complicado acertar. Un futbolista no es un piso, que sabes que está ahí y ahí va a estar, y si tiene cuatro habitaciones, son cuatro. Un jugador puede hacer un año muy bueno y al siguiente lo cambias de entorno, de ambiente, y no llega al rendimiento del año anterior. La paciencia hay que tenerla siempre. Gustavo es un futbolista que se ha adaptado aquí no rápido, sino rapidísimo.

–¿Va a estar en Tenerife?

–Para eso está trabajando y peleando. Lo ves progresar y en la cara te dice: “Cuenta conmigo que estoy”. Desde el sábado que se lesionó, que estaba bastante perjudicado, él hablaba con el médico y decía: “Yo llego, yo llego”. Ese optimismo, es moral y esa confianza nos la pega a todos. Pensamos que puede estar.

–¿Y Seleznov?

–Ese es el futbolista que viene de otro país, de otras características, de otra cultura futbolística y profesional. Está trabajando y viene con muchas ganas, sobre todo de ayudar, de agradar, de aportar su granito de arena, de ser uno más del vestuario. Esperemos que se ponga en la mejor condición posible para empezar a ayudar al equipo cuanto antes.

–¿Trastocó mucho la lesión de Luis Hernández?

–No, ahora ya no. Ya pasó lo más difícil. Ahora está en ese periodo en el que se tiene que ir encontrando cómodo e ir liberando esas últimas molestias. ¿Operarse? Toco madera, pero en principio que yo sepa, no. Esa decisión de pasar o no por el quirófano se tomó hace bastante tiempo pensando que ese trabajo sería lo mismo. Se decidió llevar un tratamiento más conservador y está en el último proceso. Él no tenía una rotura muscular al uso. Era un desprendimiento, había ahí una lesión importante.

–¿Interesa Erik Morán?

–Eso es una pregunta que a mí me sobrepasa.

–No...

–Sí, sí, me sobrepasa. ¿Que vengo de hablar con Caminero? Sí, y se hablan cosas, pero a otras no llegamos. La dirección deportiva y el club estamos abiertos a todo lo que sea mejorar en lo deportivo. Ya luego es cuestión también de encajar, de presupuesto, de plantilla. En este mercado de invierno lo que se busca es que en los meses que quedan si llega una lesión, no tenga mucha repercusión en el rendimiento de la plantilla. Eso sí lo tenemos que equilibrar si no lo tenemos en el filial. No queremos tener ningún sobresalto por una molestia o una lesión.

–¿Le gusta Alejo?

–Me gustan más los que tengo. A Iván Alejo no lo tengo ni a Machís tampoco. Así que valoro a Juanpi, Ontiveros, Pacheco, Renato, a Mula, que se va a incorporar y creo que puede ser un excelente fichaje de invierno. Irá cogiendo cada vez más la forma y yo creo que es un futbolista que de aquí a final de Liga nos va a dar muchas alegrías.

–¿Hay muchos jugadores que Muñiz crea que no le han dado aún lo que tenían que dar?

–Vamos a ver, yo siempre valoro diferentes situaciones en ese aspecto. En el fútbol hay veces que las cosas te salen mejor y otras peor. En las ganas de querer hacerlo bien, estoy contento con todos. Todos quieren ser importantes y eso lo veo en el día a día. Cuando no sale bien la cosa, no hay que obsesionarse con ello.

–Pero da la sensación de que el Málaga no está ni cerca de su techo por potencial.

–Hombre, eso es una de las cosas buenas. Si ahora partimos de una posición muy, muy, muy buena y encima podemos mejorar... Si somos capaces de dar ese estirón, pues mejor para todos. Pero cada día hay que mejorar, no nos podemos parar porque estoy en una buena posición. Si no mejoramos, los equipos nos van a apretar. El Málaga siempre se encuentra enfrente un rival que viene muy motivado, a un buen estadio, la gente lo tiene como ‘aspirante a’. ¿Qué nos vamos a encontrar enfrente? Pues la mejor versión del rival. Eso es lo que nos pasa a nosotros en Primera cuando vamos a Madrid o Barcelona. La gente se los toma como un gran escaparate. Yo veo partidos de nuestros rivales y pienso casi siempre que el mejor que jugó fue contra nosotros. Y ves al siguiente y pasa lo mismo. Tienen una motivación extra y se miden a alguien que tiene la vitola de favoritos. ¿Qué te exige a ti? Tu mejor versión. Si no la das, el rival te gana. Porque en Segunda hay mucha más igualdad, va todo más apretado. El Madrid o el Barça igual te ganan, aquí no.

–¿Está prohibida la palabra ascenso en el vestuario?

–No, en el vestuario no hay nada prohibido. Hay unas normas que cumplir como en cualquier trabajo, pero no hay que prohibir nada porque los jugadores saben lo que tienen y no tienen que hacer.

–Entonces da por normal que no se hable de ascenso.

–Yo doy por normal que no se hable de ascenso. Para hablar de ascenso tienes que demostrar. Y a lo mejor tienes que esperar a las tres o cuatro últimas jornadas cuando te veas en buena posición. Ahí ya es otra historia y tienes unos objetivos muy claros. Hablar de ascenso en la jornada 1... ¿De los 22 cuántos jugaron en Primera? Yo creo que más de 15. Por ese motivo, ascender ya es el objetivo de todos esos. ¿Cuántos equipos a principios de temporada se conforman con la permanencia? Si le digo tres o cuatro puede que sean muchos. Eso es a lo que íbamos antes, vender la burra. Es muy fácil decirlo y muy difícil hacerlo. ¿Queda bien el entrenador que lo dice? Por lo que veo sí, porque vende más eso que lo otro. ¿Sabiendo eso yo voy a mi forma de ser? Sí. Humildad, trabajo y demostrar, cada día. Si no demuestras no consigues objetivos.

–Todo el que nos cruzamos hasta llegar aquí (Ciudad de Málaga, de la galería interior al despacho donde se realizó la entrevista) nos dice que a ver si conseguimos que se ría.

–Si yo soy un hombre alegre dentro de mi vida normal y un hombre exigente dentro de mi trabajo... Tengo que ser exigente, conmigo el primero. Si no, no veo que se pueda aspirar a cosas.

–¿Alguna vez ha ido a regañar a alguien y le ha soltado algo que no haya podido evitar reírse?

–No, intentaría hacerlo al salir de esa reunión. En un equipo de fútbol hay gente de todas las edades. Hay algunos jóvenes sin experiencia, otros con muchas batallas. Nosotros tenemos que sacarle rendimiento y a veces cada uno necesita un tipo de charla distinta. Todo dentro de un cauce y unas normas.

–El otro día se le vio haciendo un gesto muy efusivo mirando a la grada tras el 2-1. Parecía como una llamada al juntos podemos.

–Juntos tenemos muchas más posibilidades de conseguir cosas. En la primera parte, bueno, yo no creo que fuera mala. Estuvo equilibrado, ellos tuvieron la fortuna de ponerse por delante. A partir de ahí empiezo a valorar el trabajo de mi equipo. Venían de una derrota muy dura en casa, luego olvidaron esa derrota ganando fuera y vuelves y en el minuto 8 ya vas con un gol en contra. El equipo siguió jugando, teniendo paciencia, no se desorganizó. Con un ambiente difícil en algún instante, el equipo creyó y creyó y creyó. Y teníamos un rival que llevaba mucho tiempo sin recibir fuera dos goles. Tuvimos una fe tremenda. Se empata en un buen momento porque quedaba tiempo y tuvo un respaldo máximo de la afición. ¿Y qué pasó? Que el equipo se vino arriba. Eso demuestra que juntos somos más fuertes. Eso lo tenemos clarísimo. Tenemos que hacer todo para que el aficionado se enganche muy rápido. Si lo logramos desde el minuto 1, seremos más fuertes y tendremos más posibilidades.

–Da la sensación de que el Málaga, cuando va decididamente a por el rival, lo acaba derribando.

–Los partidos no son 15 ó 20 minutos, hay que ir madurándolos. Tienes que desgastarlo y hacer que vaya yendo a menos. Eso lleva un proceso, un partido completo. Ni tú vas a avasallar a los rivales del 1 al 90 ni ellos a ti tampoco. En los encuentros hay alternativas y hay que saber qué juego poner en cada momento. En un combate de boxeo primero vas desgastando al rival, salvo algún caso. Con el tiempo van apareciendo espacios y situaciones que puedes aprovechar. Por eso hay que ser eficaces en las dos áreas.

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