En-nesyri pasó de ser ese jugador revulsivo y el delantero que necesitaba Juande Ramos a perder protagonismo y llegar a no jugar algún partido. El pasado viernes no tuvo oportunidad de saltar al campo. Ante el Valencia dispuso solamente de 13 minutos. Ayer, en La Federación, volvió a sonreír -y es algo que sólo hace cuando anota-.

Desde la dirección deportiva del Málaga y los propios entrenadores de La Academia, siempre se ha clamado por la comprensión y el paso a paso con los jóvenes valores de la cantera. El enorme escalón, no sólo deportivo, sino psicológico, que tienen que asumir los futbolistas con apenas 19 años es enorme. Pese a que el propio Ruano creía que no retornaría al filial, el marroquí volvió a sumar con el Atlético Malagueño.

"Todo lo que llegue para sumar siempre es positivo", decía el técnico tras el partido. Uno en el que contó tras varias semanas con Mula, Kuki, Luis y En-Nesyri, cuatro que titubean con el primer equipo. El marroquí es que el más presencia ha tenido con los de Juande aunque Ontiveros le haya eclipsado ahora. Fue clave con su gol en la remontada ante el Eibar que inició una racha de cinco victorias seguidas en La Rosaleda.

Con el Malagueño ayer volvió a mostrar sus credenciales para la élite sobre un estadio de Tercera. También sus carencias. Volvió a verse su velocidad e incansable colaboración en la presión. Intentó un par de bicicletas y tuvo un par de ocasiones para hacer más de un tanto. En el área, tras la asistencia de Kuki, volvió a ver puerta desde aquel noche en La Rosaleda.

Kuki sigue siendo decisivo en el filial mientras se hace un hueco arriba. Luis hace lo mismo pero haciendo mejor a sus compañeros en la zaga. Mula capitanea mientras obtiene otra oportunidad para demostrar lo que tiene.