El Málaga CF se juega esta tarde estar entre las cuatro mejores canteras de España. El Juvenil A blanquiazul disputa desde las 18:00 horas la vuelta de los cuartos de final de la Copa de Campeones en Lezama ante el Athletic de Bilbao. La renta de dos goles, tras el 2-0 logrado en la Federación hace un semana, da motivos para el optimismo entre los cachorros de Nacho Pérez, aunque existen escasas confianzas entre ellos, ese es el mensaje.

El club blanquiazul sigue haciendo las cosas bien en lo que a cantera se refiere. Atrás quedan años boyantes en La Academia, a golpe de talonario y con contratos importantes entre jóvenes de 17, 18 y 19 años. La caída a Segunda, los problemas económicos y la nueva era del club tras ser intervenido judicialmente han generado un escenario diferente, más austero, pero con ojo igual de clínico para captar talento y moldearlo. El camino entre la cantera y el primer equipo parece más corto que nunca y eso extramotiva a cualquiera.

La promoción que entrena y conduce Nacho Pérez está muy bien valorada desde el club. Entiende que existen un buen número de jugadores potenciales de proyección para el primer equipo, que pueden dar el salto en cualquier momento bajo según qué condicionantes. Echar la puerta abajo, en la mayoría de casos, depende del propio jugador y su capacidad para derrumbarla. Oportunidades tendrán. En esas están.

En Lezama los blanquiazules intentarán refrendar las buenas sensaciones que dejaron aquí en Málaga, en la Federación, donde el equipo fue muy superior al Athletic de Bilbao en todos los parámetros. Los de Nacho llevaron el peso del partido, dominaron el centro del campo y supieron encontrar con mayor facilidad el arco rival. Roberto Fernández, uno de los jugadores ya renovados por el club, fue el autor de los goles. Junto a él, Loren Zúñiga es el otro gran goleador del equipo esta temporada, también renovado y que ya ha debutado con el primer equipo. Ambos se entiende muy bien sobre el césped y alternan sus funciones.

Las otras dos grandes bazas del equipo son David Larrubia y Haitam Abaida. El malagueño es sin duda el juvenil que más ha estado en contacto con el primer equipo esta temporada, de hecho ha estado alternando también minutos con el filial. De cuerpo menudo, su habilidad con su zurda es superlativa, se asocia y ve el fútbol a otro ritmo. Es una de las grandes apuestas a corto plazo. Con el marroquí sucede algo parecido, es otro de los que ya ha debutado con el primer equipo y por físico, carisma y desborde existe impresión de que puede romper la barrera del profesionalismo más pronto que tarde.

Pese a que son los más sonados, por su vertiente ofensiva y sociedad con el gol, no pasan desapercerbidos otros perfiles como los de Bilal en el lateral diestro –por su desbordante físico–, la pareja de centrales que forman el capitán Mati –por su contundencia– y Andrés Caro –juvenil de primer año de notable madurez y solvencia–, sin olvidar a Ángel Recio, estos tres centrales ya renovados en el club. En la medular, Tamarit ya demostró ser de los que escriben el guión de los partidos. Hay fútbol en la base.

De los leones se espera reacción, ya avisaba Nacho Pérez que en Lezama el Athletic era un equipo mucho más sólido, más solvente y con más carácter que el que se vio en Málaga, además de con más gol. El 2-0 es muy favorable, lograr un gol en Bilbao, con la facilitad que ha demostrado el Juvenil A blanquiazul para ello, pondría las cosas muy a favor. Es el objetivo.