Resultado y crónica del UD Las Palmas - Málaga CF

Melancolía ficción (1-1)

  • El Málaga acarició el triunfo en Las Palmas tras ponerse 0-1 por mediación de Scepovic

Pellicer saluda a Scepovic tras su gol.

Pellicer saluda a Scepovic tras su gol. / LaLiga

Lo acarició el Málaga, que por unos instantes superó la barrera de los 50 puntos y reclamaba el derecho a seguir creyendo en algo más. Otra vez se le arrebató la gloria a Stefan Scepovic, que demostró nuevamente que se le caen los goles. Por un momento hizo que salieran las calculadoras y se buscase el live del Sporting, que para colmó perdió con el Oviedo. Es asombroso, hay que recordar el contexto blanquiazul, que un empate que te pone con 49 puntos en la jornada 35 genere una extraña nostalgia por lo que pudo significar el ansiado triunfo. Melancolía ficción.

Aparentemente, sólo hubo un cambio en la alineación del Málaga. Pieza por pieza, además. Ramón Enríquez entró por el lesionado Alberto Escassi y se mantuvo el dibujo original. Pero conviene revisar lo que ha ido perdiendo de manera paulatina el once ideal de Pellicer desde que apostó por la fórmula actual. Chavarría, Ismael Casas, Mejías, Luis Muñoz, Escassi. Más algunas pinceladas técnicas. Y aun así, el equipo sigue compitiendo.

Como era de esperar, reinó la igualdad en los primeros 45 minutos sobre el césped de Gran Canaria, aunque los de Pepe Mel fueron los que llevaron la iniciativa y los que dispusieron de alguna opción más clara. Ningún conjunto estaba ansioso, sin embargo, había gestos en el Málaga de inconformismo, de responsabilidad. Y eso es francamente complicado de mantener cuando las fuerzas escasean y la permanencia es un puro formalismo.

Las fuerzas pudieron desequilibrarse si el colegiado hubiese empleado un cierto criterio en las amonestaciones. Sacó tres rápidas a Clemente, Ale Benítez y Juande que seguramente no debieron ver. Pero al propio jugador canario le perdonó posteriormente hasta en dos ocasiones la segunda, ambas más claras que la que le costó la primera. Los detalles que se olvidan pero marcan.

Regresaron de la caseta ambos equipos sin cambios. La partida de los entrenadores pintaba a que iba a ser larga. En Segunda División muchas veces gana quien mejor sabe bailar en el tedio. Trató de romperlo el Málaga en el 49’, con Jairo apurando por línea de fondo y Álex Suárez cometiendo penalti sobre Jozabed. El árbitro, con la ayuda del VAR, se desdijo al entender que el balón había salido antes del pase del cántabro.

Lombán –pasada la hora de partido– sacó bajo palos un remate de cabeza de Araujo, que se aprovechó de un mal despeje de Juan Soriano, que dejó la portería vendida. Puso la réplica Caye Quintana, que se inventó un disparo a la media vuelta que Valles desvió a córner. Al poco, se rompió mientras perseguía un balón entre dos defensas amarillos.

Se animó el Málaga, que en una acción comandada por Joaquín Muñoz volvió a rondar el gol. No tardó en contestar Las Palmas con Espiau probando a Soriano. A menos físico, más ocasiones. Y en ese escenario pescaron dos de los más frescos. Joaquín galopando y cediendo atrás. Scepovic matando como un killer de hábil disparo sin necesidad de meterse en el área. Todo, tras un fallo de Benítez que él mismo corrigió, negándose a dar por perdido un balón que se convirtió en contra, como el servicio de Cristian Rodríguez una semana atrás para el 2-0 al Albacete.

Cuando saboreaba los tres puntos, Araujo se quedó solo en un córner y con los pies en el suelo ajustó el cabezazo a las mallas de Soriano. Sufrió de lo lindo para terminar conservando el punto 49. Que sepa a poco, sabe a mucho.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios