Resultado y crónica del Cartagena - Málaga CF

Un repaso a la idea (3-1)

  • El Cartagena gana a un Málaga que como visitante vuelve a mostrar su peor versión

  • Peybernes marcó el 3-1 en el minuto 82

Los jugadores, tras encajar un gol en Cartagena.

Los jugadores, tras encajar un gol en Cartagena. / la otra foto

El repaso en Cartagena obliga al Málaga a darle un repaso a la idea. El librillo actual no sirve para ganar lejos de La Rosaleda. Después de tantas jornadas, es un patrón, por más cerca que haya podido estar en ocasiones y por mucho que se apele a los detalles. Encaja goles con una facilidad pasmosa, se le desarma pronto y sus ocasiones son débiles. Pierde la poca vergüenza y hasta la picardía más allá de su zona de confort.

El Málaga salió con un once alegre al césped de Cartagonova, con Ramón y Kevin presentes y sin Escassi y Brandon Thomas. Pero el Cartagena no es la Real Sociedad B y buscó el tobillo del extremo malagueño en cuanto tuvo ocasión. No era una cita para el arte, más bien todo lo contrario.

Al margen de una cierta efervescencia inicial, el Málaga no se encontró cómodo en todo el partido. La baza de Paulino por dentro, que funcionó bien en Oviedo, no dañó el sistema operativo local como se esperaba. El Cartagena, en cambio, aprovechó las virtudes de Álex Gallar, indetectable por instantes, para volver locos a los pivotes blanquiazules. Pese a todo, había cierto equilibrio y sólo Clavería desde lejos inquietó medianamente a Dani Martín.

Vistos ya tantos partidos del Málaga como visitante, resultaba muy obvio que el empate no le disgustaba para llegar al descanso. No contaba nadie con un penalti discutido de Víctor Gómez que el incombustible Rubén Castro convirtió en el 1-0.

Esperó José Alberto al árbitro para discutir con él, pero el resultado no iba a moverse. Era turno para los hechos y no tanto para las palabras. Se limitó a quitar a Kevin y poner a Brandon Thomas. No dio mucho de sí la idea porque pronto el Cartagena volvió a castigar al Málaga.

Vive un constante calvario el cuadro malacitano cuando tiene que defender las acciones a balón parado. Álex Gallar metió una rosca envenenada al corazón del área y Pablo Vázquez definió con la derecha imponiéndose a Genaro.

Dieron el susto Juande y Okazaki tras un duro impacto entre cabezas en una acción en la que el central llegaba tarde. Por fortuna, ambos pudieron regresar. Entre tanto, José Alberto buscó revolucionar el encuentro con un triple cambio. Entraron Sekou Gassama, que regresaba tras su lesión, Jozabed y Cufré.

Debió quedarse con diez hombres el Cartagena después de un golpe de Andújar, que ya estaba amonestado, en la cara de Ramón. Si lo de Víctor Gómez es penalti y amarilla, esa acción valía una tarjeta. La segunda. 

Andaba desquiciado el Málaga, cada vez más pendiente del colegiado. Y ahí apareció Rubén Castro para cerrar acta. Aparición marca de la casa para sacar una falta en la misma frontal del área y luego ejecutarla con maestría por el palo del mismísimo portero.

Un duro correctivo para el Málaga, que sigue sin enterarse de qué va la cosa fuera de casa. Y eso que en esta ocasión contó con el apoyo de unos ruidosos malaguistas que se pegaron una paliza de carretera para vivir un repaso en el césped.

El Cartagena se envalentonó y siguió buscando la portería de Dani Martín. El Málaga perseguía sombras casi siempre, absolutamente descosido. Todo lo que sucedía era fruto del ímpetu y de la ansiedad, lo que suele ser sinónimo de error.

El paso de los minutos se hacía eterno, pero el Málaga quería demostrar que no se regalaba, que le quedaba alma. Peybernes cazó en el área pequeña un rechace tras una acción a balón parado. El Cartagena entendió el mensaje porque quedaban diez minutos y empezó a guardar la ropa. Aun así, Juande pudo meter miedo pero se topó con el larguero.

Nuevo pinchazo a domicilio para los malagueños, peor visitante de la categoría. Ahora tiene dos citas en La RosaledaTenerife y Las Palmas– donde puede tomar algo de oxígeno o alimentar dudas.

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