Robinson marcó en el penúltimo baile

La última diana del desaparecido delantero fue contra un Málaga que se salvó por los pelos del descenso y contaba con Juanito, Esteban Vigo o Lauridsen

Michael Robinson con la selección de Irlanda
Michael Robinson con la selección de Irlanda / EFE

28 de abril 2020 - 21:08

El gigante Michael Robinson tiró una pared entrando en el área, se la devuelven de tacón, sorpresivamente y el punta irlandés la coloca con el empeine cerca del poste, a un palmo de la escuadra, imposible para el guardameta Pedro Luis Jaro. Un golazo, pregunten en El Sadar. En el minuto 47 de aquel Osasuna - Málaga, Michael Robinson marcó su último gol como profesional. Nadie sospechaba que colgaría las botas con sólo 30 años, tampoco que el Málaga Málagabailaba por penúltima vez al son de la Primera División antes de extinguirse por sus problemas económicos.

Era la jornada 12, una liga de dos puntos por victoria, finales de noviembre de 1988 y el Málaga sumó en Pamplona su segunda derrota consecutiva que le dejaba en una zona tibia de la tabla: a dos de la promoción, tres del descenso y cuatro del sexto puesto que daba plaza europea. El Osasuna se asentó a sólo una posición de la zona continental, con los mismos puntos que el cuarto. Acabarían la competición décimos, seis puestos por encima de un CD Málaga que se salvó de la promoción por tres puntos y se despidió de uno de sus jugadores más señeros que aún decidió marcar goles en el Fuengirola la temporada siguiente: Juan Gómez, Juanito.

Se avistaban los 90 y los bigotes aún eran habituales en los equipos. La moda iba cambiando, en el Málaga tal vez el mostacho de Lauridsen sea el más llamativo de aquella campaña en la que junto al danés y Juanito militaron otras figuras como Esteban Vigo, Matosas, Chano o Antonio Mata. La situación económica no era la mejor, pero mantenerse en la categoría y la proyección de algunos efectivos mantenían la ilusión de un conjunto que acabó bailando por última vez en la máxima categoría en la campaña siguiente, cuando el propio Robinson ya había decidido retirarse por una lesión de rodilla y comenzó a comentar partidos de la competición inglesa en la segunda cadena de la televisión pública.

Ahí comenzó su pródiga vida en los medios de comunicación y también su vinculación con el sur de España. No sólo con el Cádiz y la provincia gaditana. Robinson vivía en Marbella en los últimos meses y desde allí se asomaba a los medios en los que colaboraba. La ciudad malagueña fue su última base de operaciones y siempre mostró complacido y agradecido al trato que se le dispensaba en el sur del país. Robinson dejó huella más allá del fútbol y las condolencias por su fallecimiento han llegado desde todos los puntos de la geografía andaluza

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