A Armando Sadiku le parece “muy guapo” que La Rosaleda coree su nombre. Pero no se lo han regalado. Se lo ha ganado sobre el césped con toneladas de esfuerzo, un sacrificado trabajo de equipo y un instinto natural para el gol. Son seis tantos los que lleva ya el delantero internacional albanés, muy comprometido con el Málaga pese a estar en calidad de cedido.

Había muchas dudas sobre su posible rendimiento. Llegó in extremis el último día del mercado procedente del Levante. Además, era el único delantero centro puro de la plantilla, que paralelamente había sufrido el dramático adiós de Okazaki sin que el japonés pudiera siquiera llegar a debutar de manera oficial con el cuadro de Martiricos.

Aunque el club ande centrado en reforzar su ataque en este mercado invernal, tal y como han dicho en más de una ocasión tanto Víctor Sánchez del Amo como Manolo Gaspar, ahora mismo Sadiku es absolutamente indiscutible. El delantero albanés también está destacando por su capacidad para generar sus propias ocasiones, no es un mero killer de área. De cualquier modo, seis tantos en 14 partidos jugados son números más que decentes.

En la comparación con Blanco Leschuk, que tan buen recuerdo dejó en el Málaga, no sale mal parado. Ambos cumplen funciones muy parecidas sobre el césped, convirtiéndose en el primer defensa y en un desahogo constante para el equipo gracias a su buen juego de espaldas. El Tiburón sólo necesitó 11 jornadas para alcanzar la media docena de goles, si bien luego vivió una crisis en la que estuvo cinco meses sin marcar.