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"Soy un coñazo en el campo; si no, no estaría metido en el partido"

  • "Los árbitros ya me conocen y saben llevarme. Me dicen: "Recio, te entiendo, pero tienes que tranquilizarte y ayudarme", confiesa

  • "Tiene que ocurrir algo muy, muy grave para que no juegue un partido", confirma

"La victoria en Anoeta fue para que los rivales vean que estamos vivos; si llevamos diez años en Primera es por algo"

"La victoria en Anoeta fue para que los rivales vean que estamos vivos; si llevamos diez años en Primera es por algo" / Javier Albiñana

El pasado lunes El Día Después emitía un reportaje de Recio en el que quedaba patente su intensidad, sobre todo en esos diálogos continuos con árbitro y rivales. Así es él, puro corazón. Y no lo oculta, al contrario: sabe que tener las pulsaciones altas le activa y le lleva a dejar hasta la última gota de sudor en cada encuentro.

-Lleva la semana con una contusión y un virus, pero finalmente jugará. ¿Qué hace falta para que Recio se pierda un partido del Málaga?

-(Risas) Tiene que ocurrir algo muy, muy grave. Terminé el último partido mal porque fue un golpe fuerte y estuve mal, pero gracias a Dios ahora estoy bien. Y con el virus he estado un par de días, la suerte es que jugamos el lunes, así que tenía tiempo para recuperar.

-¿Y la resaca emocional de una derrota cuánto dura?

-Como le afecte a cada uno. El aspecto sicológico, cuando estás en mala dinámica, afecta mucho más que cuando estás bien. Lo mental hace que físicamente puedas responder mejor y eso es importante, al ganar y perder. Por ejemplo, la victoria en Anoeta se celebró de manera especial y efusivamente.

-O sea, que esta semana están volando.

-Nos hacía falta puntuar fuera de casa. Hemos tenido partidos muy difíciles contra los equipos fuertes de la competición. El equipo ya sabe que tiene que puntuar fuera y hacerse fuerte en casa, así que esa victoria, con los de abajo puntuando, era para no descolgarnos, para que los demás equipos vean que el Málaga va a estar vivo. Si llevamos diez años en Primera es por algo. Daremos guerra hasta el final. Ahora en casa podemos seguir puntuando otra vez, ojalá que con tres porque lo necesitamos.

-¿Se reconoce en el vídeo de seguimiento que le hizo El Día Después o su percepción desde dentro es diferente?

-(Risas) No, no, lo que vivo en el campo es tal como se vio. De hecho, no me hace falta ver el vídeo para saberlo. Todos mis compañeros saben cómo soy en el campo. Soy un coñazo, para el árbitro y los contrarios. Es así, pero voy a tope lo que dure el partido. Dentro de un partido se juegan muchos y esa situación con los árbitros o los contrarios cuando entro al campo está ahí. A veces me va bien, otras no, pero es lo que tengo y me cuesta cambiarlo. Sé que tengo que corregirlo, pero es parte de mí, va con mi juego. Si algún día no se me ve así, será que no estoy metido en el partido. Así que sí, me siento identificado con ese vídeo.

-Últimamente destaca mucho por su intensidad. Hasta hace no mucho, se decía que era un jugador de mucha calidad pero que le faltaba mancharse de barro.

-Eso te lo dan los años. Cuando empiezas eres más novato, no tienes la experiencia. Vas cumpliendo años y partidos y hasta los árbitros te respetan más, pitan faltas que cuando tienes 19, no. En eso he mejorado muchísimo. No solo por la raza, pues eso se tiene o no se tiene, sino por lo defensivo. Era algo que tenía que mejorar y me viene bien porque en Primera tienes que estar al máximo en todas las facetas. Lo he conseguido.

-Su amigo Camacho debe estar orgulloso de usted.

-Sí, tenemos mucha relación. Estuvo aquí en mi casa cuando vino recientemente y hablamos mucho, de lo que va bien y mal. He estado siete años con él y hemos hecho buena amistad. Es una persona que entiende de fútbol y nos gusta hablar del equipo. Su opinión es buena para mí, igual que él me pide la mía, pues tenemos esa confianza para decirnos lo malo y lo bueno. Nos respetamos.

-Lo extraño es que Míchel no lo haya raptado en sus visitas recientes...

-Ojalá, sería un gran refuerzo. Yo espero que algún día vuelva. No sé cuándo, si dentro de dos o tres años. Tiene aquí su casa.

-Jueguen mejor o peor, se les ve muy comprometidos en el campo. ¿Es algo hablado o consecuencia de verse ahogados en la clasificación?

-Es un poco de las dos cosas. Cuando estás ahí, eso no puede faltar nunca. Puedes estar mejor o peor con el balón, y hay partidos que juegas con presión, pero es innegociable darlo todo en el campo. Hay que echarle huevos dentro de lo que puedas aportar, y eso va con uno, no se compra ni se entrena. Cada uno está aportando desde su carácter. Nos hemos dado cuenta de que el equipo peor no podía estar y se ha visto un cambio desde hace dos meses, sobre todo desde el partido ante el Leganés. En algunos partidos ha acompañado el resultado y en otros no, pero es la línea a seguir. Cuando venga la dinámica buena se podrá jugar mejor.

-¿Ganar a domicilio era uno de los impulsos que más necesitaban?

-Sí, habíamos tenido partidos muy difíciles fuera, incluso hasta el partido ante el Madrid no habíamos marcado. En Villarreal, Madrid o Sevilla no estuvimos mal, y son partidos que se pueden perder, pero esto nos hacía falta. En casa llevamos tres jornadas sin perder y nos estamos haciendo fuertes, pero va tocando también ganar fuera.

-Se les ve en crecimiento justo en un tramo en que el calendario va a volver a poner por delante a rivales directos.

-Creo que tenemos un calendario para intentar sumar. Seguro que los contrarios nos mirarán de la misma manera, verán nuestros partidos como finales. Para nosotros, por desgracia, cada partido va a ser una auténtica final. Si algo vamos a estar es preparados. Cuando estás abajo desde el principio te acostumbras. Y los que parecían salvados a la séptima u octava jornada ahora ven el descenso más cerca porque sumamos los de abajo y ellos pueden tener esos nervios que nosotros ya conocemos.

-El lunes jugarán sabiendo los resultados de una jornada, a priori, favorable. ¿Es un aliciente o presiona más?

-Dependerá de los resultados. Si pierden todos es mejor, está claro. Pero si hay algo que tiene el fútbol es que sorprende. Nos conviene que pinchen, ojalá que se dé y que nosotros seamos capaces de conseguir la victoria ante un rival con mala dinámica. Es de esos equipos que te decía que parecía que iba a jugar la UEFA y ahora se acerca al descenso. Tenemos que aprovechar esa dinámica y la nuestra, que es buena. Si somos capaces de ganar el lunes, damos un paso muy grande.

-El Betis, con siete puntos más, tiene a su entrenador en la cuerda floja, y de Míchel no se ha dudado en ningún momento pese a números horribles. ¿Cómo se le explica esa situación a un aficionado del fútbol cualquiera?

-Eso es decisión del club. El míster siempre ha tenido el apoyo de los jugadores, que es importante. Es normal que los aficionados vean raro que un equipo que llevaba un punto en la jornada 9 no hubiera echado al entrenador. Pero esta decisión se verá si buena o mala a la larga. Confiamos plenamente en el míster y en que es una buena decisión. Tiene buena capacidad para ello, ya nos sacó el año pasado de una situación similar. Esa confianza que le dan seguro que va a ser positiva. Yo lo he visto tranquilo en los peores momentos y eso es bueno también para nosotros, ver que él es el primero que confía nos tranquiliza. Confiamos en él y él en nosotros.

-Lunes el Betis y jueves el Alavés. Buena parte del futuro se concentra en apenas tres días.

-Casi todos son finales, pero vienen dos en tres días, y eso tiene un extra de nervios. Vale para mucho pero primero hay que centrarse en el lunes. Si ganamos al Betis vamos al campo del Alavés de otra manera. Sería la primera vez que vamos un campo sin esa presión de tener que ganar por necesidad. Nos daría confianza.

-¿Cuánto pesa el brazalete de capitán?

-Pesa el orgullo que me da llevarlo. Como malagueño que soy, me siento muy identificado con el club y la ciudad. Llevo muchos años desde que llegué como alevín, hace unos 15 años. Verte capitán es un orgullo, una responsabilidad, pero me lo tomo más por la parte de la alegría. He tenido capitanes muy buenos y que han dado ejemplo estos años anteriores. Yo espero estar a la altura.

-¿Siente que los árbitros ya lo conocen y le toleran más o teme que le cojan la matrícula?

-No, no, es lo primero. Saben cómo soy y ya saben llevarme, cómo hablarme, y lo agradezco. Soy jugador de muchas pulsaciones. El año pasado ya me ocurrió; en algunos momentos me hablan y me dicen: "Recio, te entiendo, pero tienes que ayudarme, tranquilizarte". Eso es bueno para mí, aunque siempre habrá alguno al que le dé igual eso y no me tengan en cuenta, pero son más los que dialogan conmigo. Para mí esto es una parte muy importante del fútbol. El día que no esté hablando con nadie será que no estoy metido en el partido, así que prefiero seguir siendo así.

-Estuvo con Iturra aquí y en el Granada. ¿Qué espera de él?

-En el Málaga estuve medio año con él y en Granada un año entero jugando con él en un trivote donde él estaba por detrás. Está claro que el equipo que haya te ayuda a rendir mejor. Cuando juegas con Isco, Joaquín o Baptista, te da mayor rendimiento individual, sales fortalecido; cuando estábamos en el Granada nos salvamos en la última jornada... Eran equipos diferentes. Eso hace que veas otro tipo de jugador. Han pasado tres años desde que jugué con él y yo solo espero que venga a aportar, que tanto él como Ignacio (Ignasi Miquel) sumen y nos ayuden para entre todos sacar adelante esta situación, que será complicada.

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