David Larrubia, del Málaga CF hasta 2028: Cláusula de rescisión y detalles

Se oficializa la renovación del atacante malaguista con el club de su vida, con ocho millones (12 si se asciende) de salida

"Lo he dicho tantas veces..."

David Larrubia, en su cuarto. / MCF

David Larrubia Romano (Málaga, 2002), el chico del barrio de La Luz que soñaba envuelto en sábanas con el escudo del Málaga CF, rubricó el contrato de ampliación con el club en el que se formó desde que tras su etapa benjamín fuera reclutado para el alevín desde el histórico Roma Luz. Recogepelotas en la era Champions, siempre ha verbalizado en este tiempo su deseo de prolongar el compromiso con el club de su vida aunque sus actuaciones han propiciado al menos el seguimiento desde clubes de, ahora mismo, potencial superior que el actual Málaga CF. Es un proceso largo de negociación y ajuste que estaba ya bastante bien encaminado en los últimos meses pero ahora justamente se oficializa. En un momento delicado tras tres derrotas consecutivas, una buena noticia para el malaguismo, que no por esperada deja de celebrarse.

Larrubia firma hasta 2028, cuando teóricamente entrará en su madurez como futbolista. Hay cláusulas de salida, lógicamente. No son demasiado elevadas, pero en la coyuntura actual del club, que no puede colocar sueldos altos que permitan subirlas proporcionalmente en las negociaciones, se cifra, como informaron 101TV y Radio Marca, en ocho millones de euros, con subida hasta 12 en el caso de que el Málaga CF ascienda a Primera División, pudo confirmar este periódico. Cifras de mercado bastante apetecibles si continúa su progresión en los términos que ha enseñado en las últimas temporadas, aunque no muchos clubes españoles pagan actualmente esta cifra. En este proceso ha tenido alguna oferta que mejoraba varias veces lo que va a percibir (pasa a estar en el escalón superior de la pirámide malaguista) en Martiricos, especialmente del mercado de Arabia Saudí y de ligas medias de Europa. Pero la hoja de ruta estaba clara para él.

Desde que debutó de manera oficial en el primer partido de la temporada 2020/21, en Tenerife, de la mano de Sergio Pellicer, Larrubia ha ido dando pasos hacia su consolidación. Tras alternar juvenil, filial y primer equipo, su cesión al Mérida para jugar en Primera RFEF le permitió madurar lejos del foco y el escrutinio en su ciudad natal. Una temporada de mili que le vino de perlas después del fatídico descenso y que le preparó para el escenario en el que se iba a encontrar. Desde ahí ha sido jugador esencial en las dos últimas temporadas y lo que va de ésta. Cogió sin vacilar el pesado 10, que había una losa para sus últimos portadores malaguistas, ha trabajado para una evolución física que le permite completar ya 90 minutos en vez de la hora justa a la que llegaba con anterioridad y también ha aumentado su productividad numérica. Es uno de los regateadores más eficientes de la categoría. Camino de cumplir los 100 partidos oficiales (98 lleva, con siete goles y seis asistencias).

Como todo el equipo, ahora está en un tramo valle Larrubia, que maravilló con una exhibición ante el Betis en el Costa del Sol, en el que desgraciadamente lesionó en un lance a su ídolo, Isco Alarcón. Le toca también liderar en un momento de lesiones de jugadores capitales cuando los rivales también van condicionando sus planteamientos a su capacidad de desequilibrio y peligrosidad partiendo desde la banda derecha. Es algo con lo que también tiene que lidiar. Pero ahora es un momento feliz,como él repetidamente había dicho en sus últimas comparecencias, estaba hecho y sólo era cuestión de tiempo. El sueño ahora es que el Málaga regrese a Primera División.

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