Málaga CF | Entrevista a Erik Morán

Erik Morán: "No está prohibida, pero la palabra ascenso es muy grande"

  • El centrocampista concede a Málaga Hoy su primera entrevista como blanquiazul

Erik Morán, en la entrevista con Málaga Hoy.

Erik Morán, en la entrevista con Málaga Hoy. / Javier Albiñana (Málaga)

Erik Morán (Portugalete, 1991) casi no había abierto las maletas cuando ya era titular con el Málaga. Su llegaba cubre un deseo de Muñiz. Para él, esta aventura es otra cosa, la oportunidad de volver a un gran escaparate en el fútbol español tras una etapa agridulce pero enriquecedora en el AEKde Atenas. Ríe y sonríe más a menudo de lo que su timidez inicial podría hacer imaginar. Aunque ha aprendido por narices lo que significa ser profesional, en el fondo sigue siendo el mismo niño que pegaba balonazos con su aita por los rincones de Portugalete.

–Dicen que Erik Morán es tímido.

–Sí, al principio me cuesta. En el vestuario aún no me han dicho nada. Se ve que me cuesta abrirme con la gente cuando no tengo confianza.

–¿Y después?

–Después ya sí, hasta soy un poco bromista.

–¿Broma pesada o ligera?

–De lo que se tercie [ríe].

–¿Qué tal estos primeros días?

–Poco a poco conociendo a la gente. Cuando entras en un vestuario nuevo estás un poco callado, escuchando más que hablando. Voy intentando conocer a la gente, sabiendo cómo es como persona y como futbolista.

–¿Ha tenido ya algún flechazo?

–Conocía a Dani Pacheco de las selecciones inferiores y a Koné lo conocía de Leganés, donde teníamos buena relación. Con ellos hablo más que con nadie.

–Una pena la recaída de Koné.

–Sí, esperemos que se recupere cuanto antes.

–¿Quién fue la primera persona a la que le dijo que venía al Málaga?

–De esas cosas no me gusta mucho hablar hasta que no están muy, muy, muy hechas. Hablo con mi mujer y con mi madre. A veces me ha pasado que no se ha terminado de hacer después de decírselo a los amigos. Prefiero no hablarlo hasta que no esté hecho por si se gafa las cosa. Aunque no soy muy supersticioso. Mejor no hablar antes de tiempo.

–¿Y la cuadrilla qué dice?

–Pues contentos de tenerme más cerca también, de poder venir a verme, ir a La Rosaleda. En Atenas es más difícil.

–¡Alguno querrá que se quede también en verano!

–¡Claro! Como la Segunda es larga y se mete en junio, alguno será carota y vendrá más en verano que ahora.

–A ver si van a preferir que lleguen hasta el último día de los play off...

–Mejor para todos que acabe antes.

–Pero con final feliz.

–Eso. Si tenemos que llegar hasta el final del play off, que sea porque tiene final feliz.

–¿Dónde empezó?

–Cuando era pequeño jugaba en el Menesianos. Vas con la ilusión de jugar, de pasarlo bien. Ahora es diferente, tienes que ganar.

–¿Cuándo se acabó eso de jugar sólo por ilusión?

–Cuando eres juvenil más o menos. Al final te das cuenta de que cuando no ganas pasan cosas que no te gustan. Al madurar, todo cambia.

–¿Cómo era su infancia?

–Bien, con mis padres. Feliz, siempre.

–¿Qué recuerdo no cambiaría por nada del mundo?

–Cuando iba con mi padre a jugar, íbamos al colegio todas las tardes a jugar al balón. Eso no lo cambiaría.

–¿Siempre ha sido el balón?

–Sí, siempre. No aprendí a montar en bici hasta los 15 años, no sé andar en patines, no sé hacer cosas que... Yo siempre era el balón, con mi aita (padre en euskera), con mis amigos de pequeño. A pegar balonazos en el colegio. Nunca tuve una bici propia, hasta aprendí con la de otros. Bueno, y sé montar sin que haya nadie cerca, si no me caigo [risas].

Erik Morán, en el Ciudad de Málaga posando para Málaga Hoy. Erik Morán, en el Ciudad de Málaga posando para Málaga Hoy.

Erik Morán, en el Ciudad de Málaga posando para Málaga Hoy. / Javier Albiñana (Málaga)

–¿Qué importancia tiene en Portugalete la figura de Julen Guerrero?

–Julen Guerrero, el Athletic... Cuando yo era pequeño era el ídolo de todo el mundo. Era de allí y eso tiraba mucho.

–Fue uno de los primeros mediáticos...

–Sí, creo recordar que anunciaba unas Reebok, las botas de Julen... Era el capitán del Athletic. Y al final el equipo tira mucho en Vizcaya, se siente mucho. En este tiempo era el más grande.

–¿De niño se veía sólo en San Mamés?

–De pequeño al final es el Athletic, tira muchísimo. Y te metes en la cantera, quieres jugar allí, empiezas a ir a verlo. Vives los partidos allí, ves cómo aprieta. No te ves en otro sitio. Luego cuando eres más mayor te das cuenta de que hay más mundo fuera de allí, donde también se puede estar bien. Pero eso, cuando estás en la cantera ya sólo es Athletic, Athletic, Athletic. Te ves allí.

–Qué bonito.

–Sí. Y cuando lo logras y te pones la camiseta, todavía más.

–¿Qué tiene de diferente Lezama para criar al hombre y al futbolista?

–Al final se acaba conociendo todo el mundo mucho. Conoces a mayores y pequeños y luego cuando llegas al primer equipo no te sientes extraño.

–¿Cuál es la prioridad en esa casa?

–Yo creo que formar. A personas y a jugadores. Yo no era muy bueno en los estudios y para que estudiase, una vez a la semana no entrenaba para ir allí a dar clases. Te das cuenta de que tienes que estudiar gracias a ellos. Te ayudan. Casi es más importante estudiar que el fútbol.

–¿Y cómo le fue en los estudios?

–Bueno... [risas] Pasemos palabra. Tuve unos años en los que no estudiaba, luego un poco más. Me costaba, me costaba.

–¿Tenía plan B?

–Sinceramente, si no hubiese sido futbolista, no sabría lo que sería. Estaría trabajando como pudiese.

"No cambiaría por nada el recuerdo de jugar al balón siendo un niño", cuenta

–¿Se ha visto alguna vez vestido de la Real Sociedad?

–¡No! [Pausa] Cuando eres del Athletic no sientes esa rivalidad. De la Real al Athletic creo que se ve diferente. Nosotros lo vemos como un equipo más, como el Eibar, Alavés...

–Se han dado caso de muchos jugadores que han salido de allí y luego han vuelto. ¿Le sigue poniendo jugar en el Athletic?

–Al final cuando has pasado mucho tiempo allí, sería bonito. También estoy aquí gracias a ellos. Pero desde que salí no es una prioridad. Estuve en Leganés y bien. Estuve en Zaragoza y bien. Y en Atenas, también. No he pensado nunca: "Tengo que volver". Sería bonito porque estaría en mi casa y viviría cerca de mi madre, mi hermano y mis amigos. Para mi mujer sería mejor.

–¿Qué le ha quitado el fútbol?

–Pues te quita tiempo con los amigos... pero al final yo creo que me ha dado mucho más de lo que me ha quitado. No pienso que me haya quitado muchas cosas.

–¿Cómo fue la experiencia en el AEK de Atenas?

–Es complicado. Salir, otro idioma, verte en un vestuario donde pocos hablan tu idioma. Allí estaba Manolo (Jiménez, el entrenador) y había un traductor, eso ayuda un poco. Como experiencia ha sido buena en lo deportivo y lo personal. Sales del país, a un equipo que juega por ganar la Liga, que juega Champions. Fue difícil para mí, mi mujer y la niña que me acompaña, pero creo que ha sido buena. La ciudad está muy bien, no hace mucho frío. Me gustó vivir allí.

–Llega Las Palmas. ¿Les habría ido mejor con Manolo Jiménez?

–Al final son equipos que tienen prisa por subir. Bajan de Primera, tienen mucha presión. No le fue bien, tomaron una decisión y ahora ha vuelto a fichar por el AEK.

–Parece que es su sitio.

–Sí, bueno. Al final a él le ha ido bien. En verano tomó la decisión de no renovar y se fue a Las Palmas. Ahora ha vuelto y yo creo que le va bien allí. La gente está muy a gusto con él.

–¿Cómo fueron aquellos incendios de Atenas?

–Un día fui a entrenar y se veía mucho humo a lo lejos. No sabía lo que pasaba. Luego ya vimos lo que había sucedido. Fue jodido para el país y la ciudad.

–Y echaron un cable.

–Teníamos un partido amistoso en Salónica. No fuimos y al final pusimos de nuestra parte para ayudar a la gente.

–¿Se considera solidario?

–Cuando hay que serlo, pues yo creo que sí. Es lo que hay que hacer.

–¿Tiene una lista de cosas por hacer o cumplir?

–No soy alguien que diga tengo que hacer esto o lo otro en mi vida. Las cosas vienen, y si tienen que pasar pasarán y si no, no. Si quiero hacer algo, pondré todo de mi parte para hacerlo. Y si no, no soy una persona de planear.

Erik Morán posa para Málaga Hoy. Erik Morán posa para Málaga Hoy.

Erik Morán posa para Málaga Hoy. / Javier Albiñana (Málaga)

–Está usted en una edad de la que se dice es la de mayor plenitud del futbolista. ¿Lo nota?

–Esperemos que llegue. Yo intento entrenar y mejorar. Desde que llegué al primer equipo del Athletic, intento aprender de todos los entrenadores y cosas que suceden.

–¿Qué cosa le gustaría aprender todavía?

–Muchas cosas, tanto en el fútbol como en la vida.

–¿Cuál es la mejor lección que le ha dado el fútbol?

–¿La mejor lección? Pues que un día la gente te dice que eres el mejor y al siguiente no te quiere nadie.

–¿Ha notado alguna vez ese abandono?

–No abandono, porque al final tengo gente en casa que está conmigo todos los días. A mí me importa mucho lo que me digan mi entrenador y mis compañeros. Que alguien me venga de fuera y me diga: "Oye, no vales". Pues bueno, cada uno tiene su opinión y la respeto. Pero no me llega como me puede llega otro. Nunca he sentido abandono. A veces cuando no juegas sí puedes sentirte un poco invisible.

"En Zaragoza nos valía un empate con un equipo descendido para entrar en el ‘play off’ y nos ganó 6-2", avisa

–Nos situamos en Málaga. ¿Qué es lo que más le ha llamado la atención?

–Llevo poco tiempo y no conozco mucho la ciudad. Pero lo que más me ha impactado de primeras es el tiempo. En febrero y joder... Yo vengo de Bilbao, de Madrid, de Zaragoza. Pero lo poco conozco de club y ciudad, está bien. La afición también estuvo el otro día muy bien. De momento me queda mucho por ver.

–¿Dónde vive?

–De momento en el hotel mientras buscamos algo. Me gustaría cerca del Ciudad de Málaga. No me gusta coger el coche para ir a los entrenamientos. No me gusta tener que salir media hora antes para ir a los sitios y depender del tráfico. Y menos para ir todos los días a entrenar. Si puedo elegir, prefiero no conducir.

–¿Cómo son las charlas con Muñiz?

–Como todos los demás. Vienes nuevo, te explica lo que quiere de ti, del juego, del futbolista que juega en mi posición. Algo normal.

–¿Le sorprendió que le diese la titularidad nada más llegar?

–Bueno, llevaba poco tiempo, tres o cuatro entrenamientos. Pero tienes que estar preparado. Entras en convocatoria y hay que estar a lo que él quiera.

–¿Y sus sensaciones?

–Al principio igual me noté un poco desubicado. Tengo que conocer mejor a mis compañeros, trabajar más con el equipo. En general, bien, el rato que estuve en el campo.

–¿Algún compañero que no conociese que le haya deslumbrado?

–Al final son jugadores que han estado en Primera División y que conoces. No me ha sorprendido ninguno. Aparte, me gusta ver mucho fútbol. En Segunda también me gusta ver a compañeros con los que he jugado y aquí hay gente que ya conocía.

"Ante el Almería al principio me noté un poco desubicado, tengo que conocer mejor a mis compañeros", asegura

–La Segunda es criminal.

–Es jodida, es larga. Más de la mitad de los equipos luchan por los mismos objetivos, cualquiera te puede ganar en cualquier momento, haciendo muy poco. Es complicado, pero también bonito.

–Complicado hacérselo entender a todo el entorno.

–Cuando el equipo ha estado en Primera División es difícil para la afición. Yo estuve en el Zaragoza, un equipo también con mucha presión de los aficionados, obligado a ganar. Cuando ganabas, tenías que jugar bien. Es difícil que el aficionado se diga: "Estamos en Segunda y con ganar tiene que valer". A ver, tampoco tiene que valer sólo con eso, también tienes que hacer cosas bien y que guste lo que hace el equipo. Pero es complicado porque cada vez hay equipos con más nombre.

–¿El mejor consejo que le dieron al llegar al Málaga?

–No hablé con nadie en especial. Lo hice con mi representante. Creo que era una buena opción para mí. Allí no tenía minutos y ni me lo pensé.

–Bueno, se viene con un título y la experiencia de la Champions.

–Sí, joder, no todo el mundo puede decir que ha ganado una Liga y que ha jugado la Champions. Fue bonito ganar el título porque allí hay una pelea dura entre los grandes. Pude jugar además en el campo del Bayern y en el del Benfica.

–Tiene esos logros y en su día debutó con el Athletic en Europa League y en Liga contra el Real Madrid... ¡Tiene que redondearlo con un ascenso con el Málaga!

–He venido a luchar por ello. Es díficil, es largo y tenemos que ir partido a partido, como se dice mucho ahora. Pero es la verdad, no puedes pensar en lo que pasará dentro de cuatro meses. Ahora viene Las Palmas, después visitas al Rayo, viene el Dépor. Poco a poco.

–Dentro de la igualdad, ¿algún equipo le parece especialmente claro como candidato al ascenso directo?

–Creo que no. Nadie es más candidato que nadie. El que no lucha por el ascenso directo, lucha por meterse en play off. Al final yo he vivido en Zaragoza que me valía un empate con un equipo descendido y me han metido 6-2. Y el que entró por nosotros, que fue Osasuna, subió. Parece que no, pero hasta el último partido te estás jugando cosas.

–¿Tienen prohibido en el vestuario usar la palabra ascenso?

–No, pero es que la palabra ascenso es muy grande, hay que ir más tranquilos, poco a poco. No puedes pensar en lo que va a pasar en junio.

–Cuando termina el entrenamiento, ¿qué le gusta hacer?

–Tengo una niña que va hacer tres años en abril. No para. Me encanta estar con ella, aunque a veces la metería en una jaula [Risas]. No, no, me encanta verla crecer. Desde que está, es todo el rato ella. Verla, jugar... Donde sea, pero con mi mujer y mi familia.

–¿Y qué otras aficiones tiene?

–Antes era más de Play Station, pero ahora con la niña, tampoco. Va por rachas. Cuando se echan la siesta la niña y mi mujer, sí que aprovecho para jugar un rato. Cada vez menos. En música soy más de rap. No soy muy de cine, soy más de series. Netflix, Movistar... Más series que películas. Me gusta mucho Prison Break; Dog of Berlin, que va de fútbol; Vis a Vis, que empecé a verla en la tv y me faltaban temporadas... Un tiempo me dio por la figura de Pablo Escobar. Vi Narcos, El Patrón del Mal, documentales.

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