Mientras llega el sustituto de José Alberto, cuyo cerco es cada vez más estrecho, el equipo blanquiazul sigue trabajando con vistas al partido de la próxima jornada ante el Mirandés (domingo, 30 de enero, Anduva). Lo hace bajo el mando de Juanfran Funes, entrenador del Atlético Malagueño, que se hizo cargo de manera interina del primer equipo. La plantilla, como siempre que hay tabla rasa, ha reaccionado positivamente.

Parten de cero los jugadores y eso significa que todo está en el aire. Es habitual que estos cambios drásticos traigan un impulso inmediato fruto de este escenario de posibles oportunidades. Cambia evidentemente la visión particular de la plantilla. Los que jugaban más ahora tienen que ganarse la continuidad, los que podían verse incluso fuera de Martiricos ahora pueden revertir su situación. Y todo empieza en el día a día. 

De momento existe satisfacción por la respuesta de los futbolistas, a los que ahora se va a exigir mucho más en todos los aspectos. Ha caído el entrenador pero el vestuario ya sabe que no están contentos con el rendimiento general, especialmente en los últimos tiempos.

La segunda sesión post José Alberto, con Funes, Bravo y el resto del staff de la casa, fue de una gran carga física, si bien se reservó a algunos futbolistas básicos en el Málaga como Juande, Sekou y Escassi, que sólo hicieron una parte con el grupo. Siguen sus procesos Paulino, Chavarría y Luis Muñoz, informó el club. Continúa guardando reposo Víctor Gómez, que ya fue baja ante el Ibiza por un proceso vírico. Del filial sólo estuvieron los fijos Kevin y Roberto además del meta Dani Strindholm. El Malagueño tiene un partido en Torre del Mar a las 20:00.