Málaga C.F.

El fantasma del 'otro año igual'

  • Tras nueve jornadas, el Málaga es colista y las sensaciones han sido preocupantes pese a los esfuerzos de Mel por proponer soluciones

  • Estado físico y lesiones, otra alarma

  • Quedan aún 99 puntos por jugar, pero los nervios están a flor de piel

  • Lumor, a prueba

La afición del Málaga anima durante el partido ante el Andorra.

La afición del Málaga anima durante el partido ante el Andorra. / Pepe Gómez

Colista por derecho tras nueve partidos de LaLiga, el Málaga está inmerso en un mar de dudas que tiene de nuevo otra vez al club en el sótano del fútbol profesional español, el peor de los 22 de Segunda. Es pronto, es una carrera de fondo, quedan 99 puntos por disputar. Es comprensible que desde el club se intente pedir paciencia, ha habido un cambio de entrenador en la jornada seis y se ha salido con el paso cambiado por errores propios, como el césped está dejando claro. Pero lo es más aún el hartazgo de la afición, que empieza a vislumbrar un “otro año igual”. Y lo mismo hay que celebrar ese “igual”...

La llegada de Pepe Mel ha conferido cierto orden al equipo, sólo se ha encajado un gol en tres partidos, en los que no se han perdido. Puede ser un punto de partida, pero las actuaciones ante Racing y Andorra, dos recién ascendidos, han sido muy preocupantes, no se puede disimular ni engañar a nadie. El estado físico de la plantilla es deficiente, más allá de la plaga bíblica de lesiones, algunas fortuitas, las óseas, pero también abundan las musculares. A la hora de partido ante el Andorra el equipo se había caído completamente y sólo cierta falta de pericia de los atacantes andorranos y un iluminado Manolo Reina dejaron un punto en La Rosaleda. Mentalmente el equipo también ofrece síntomas de nerviosismo. Indecisiones al ir al corte, pérdidas en zonas delicadas del campo, falta de precisión a la hora de culminar situaciones ofensivas favorables... El diagnóstico de lo que pasa es grave.

Mel intenta apretar botones. Relataba su plan de partido ante el Andorra, que pasaba por salir fuerte e ir con ventaja al descanso y después gestionar la ventaja. Hacía falta ganar. Es cierto que el equipo rival apenas vio el color de la camiseta de Manolo Reina en el primer tiempo, pero a partir de ahí se hartó de llegar al área malaguista. El Málaga tuvo alguna, pero la segunda parte fue para un 0-2 o 0-3. Tics del equipo de Guede se repitieron con un entrenador distinto. “Es un equipazo, vaya jugadores, del equipo titular creo que sólo uno no jugó en Primera. Hay que han jugado en Europa, en equipos grandes... Nosotros tenemos muchos sin experiencia en Segunda”, era la reflexión de Eder Sarabia, técnico rival, en la sala de prensa de La Rosaleda. No decía ninguna mentira el técnico vasco. Pero la realidad es que los inexpertos y novatos volaban mientras los baqueteados no daban para más.

Dos partidos claves ahora, en Leganés y ante el Lugo. Hay que seguir dejando la puerta a cero y meter alguno. Tan sencillo, tan complicado.

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