Málaga C.F.

La flor itinerante

  • El Málaga afianza el liderato tras su triunfo y saca cuatro puntos a sus perseguidores

  • Iván y Harper cocinan el gol

  • Buen regreso de Juanpi

El Málaga tiene flor, pero la flor no tiene dueño. Se la pasan, se la prestan, la miman. Va de mano en mano y, de vez en cuando, la agarran varios jugadores al mismo tiempo para compartir escena y protagonismo. Cuando esto último sucede, el conjunto blanquiazul es capaz de hilvanar un juego atractivo y brillante. Le falta cierta continuidad, sí, pero de momento le basta con que vaya rotando. Ante el Rayo Majadahonda la asió Iván Rodríguez, también Harper. Hasta Ontiveros, Blanco y Juanpi. Y en el momento cumbre del partido la apretó fuerte Munir, que sacó de la escuadra un balón que habría desbaratado el plan de un Muñiz que suma, sigue y calla.

A pesar de una cierta corriente crítica con el juego del equipo blanquiazul, los números son aplastantes y no hacen sino reafirmar que esta nave y este océano son para un marinero experto como el asturiano. El Málaga gana una vez más en La Rosaleda, donde sólo conoce el triunfo y donde Munir jamás ha tenido que rondar las redes para recoger un balón. Son ya 18 puntos para un equipo que sólo se dejó meter mano en Las Palmas y tampoco lo puso fácil. El liderato, además, está más que afianzado y los inmediatos perseguidores bailan a cuatro puntos. Eso incluye a los canarios y su triunfo de calidad sobre el Málaga...

Lo que parece accesorio, y no lo es, es que este Málaga está viendo entrar y salir jugadores de su once con más asiduidad de lo que aparenta. Sucede, simplemente, que sopla el viento a favor y que eso marida muy bien con el trabajo duro y minucioso. Salió el lesionado Cifu, una de las sensaciones del curso hasta la fecha, y llegó Iván Rodríguez para dar una asistencia a Jack Harper que a la postre supuso los tres puntos. Cumple uno de sus sueños el delantero, que ya dijo en Almería que su reto era mojar en La Rosaleda ante su gente. Se fue ovacionado en una tarde redonda para él.

Igual de fácil resultó el acoplamiento de Juanpi Añor. Y esto sí es noticia porque significa que está completamente recuperado para la causa y además con una rendición bajo las condiciones de Muñiz. Ver al 10 recuperar balones de esa manera, entregar el sudor como sacrificio divino, también sirvió para que casi la totalidad de la grada le otorgase su perdón y su reconocimiento en forma de aplausos. Otro de los milagros de Muñiz, después de resucitar a Ontiveros.

El partido en sí no fue más que la historia de este inicio liguero que se repitió una vez más. Pero se le está negando al Málaga que su presentación fue exquisita, llena de alegría, un ciclón por momentos. Puede que esas sensaciones y el gol tempranero hiciesen creer a alguno que en Segunda se pueden bajar las marchas.

Ahí sí toca un poco de autocrítica porque se le cedió demasiado balón al Rayo Majadahonda, se le concedieron facilidades y el empate sobrevoló Martiricos. El aviso es para todos, aunque alguno fuese un poco señalado en los cambios. Sólo ante el Córdoba el Málaga logró matar un partido. Y estamos hablando del colista actual de la competición. Exigir con empatía nunca sobra.

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