Ismael Casas alcanzó el punto culmen para un canterano que recorrer toda la ladera para llegar a la cima de la montaña, el primer equipo. Un ejemplo para toda La Academia, a la que llegó con 12 años y en la que ya está cerca de la década. El linarense fue el capitán del Málaga en el encuentro inaugural de la temporada 2020/21 para el equipo blanquiazul en Segunda División. Hay que tener en cuenta que todos los veteranos del vestuario están en el ERE y de ellos (sin contar a los que salieron como Adrián, Munir o Juankar) a la isla sólo viajó Luis Hernández. El central madrileño comenzó en el banquillo. El brazalete estaba en el brazo derecho del '26' malaguista. 

El ascenso del lateral derecho, que también ejerce en las funciones de central cuando se le requiere, ha sido meteórico. Basta decir que hace un año estaba justo con Sergio Pellicer en el Atlético Malagueño en Tercera División. Bien es cierto que apareció en Santander en la primera jornada (es el único que repite de entonces) por falta de efectivo. Luego el técnico valenciano, que se ve reflejado en el joven por varios motivos, se lo llevó de la mano en su llegada a La Rosaleda. Le quitó el puesto a Cifu en la campaña anterior y ahora es básico, pese a la llegada de Iván Calero para el carril diestro. Si en el césped es pieza esencial, también lo es fuera de él. Casas se ha convertido en el nuevo estandarte del club de Martiricos. Sin afán de protagonismo pero con ambición y valentía, la ausencia de rostros por la delicada situación del Málaga le está poniendo en primera plana. Un detalle importante es que fue uno de los elegidos para presentar las nuevas equipaciones y que también tuvo un papel protagonista en la tradicional ofrenda floral. Es una cara amable y además es querido por la afición blanquiazul. 

A sus 19 años su carrera ha dado un salto considerable. Está recogiendo el premio a mucho tiempo de trabajo en silencio. Los que le han visto crecer destacan de él sus ganas de ser futbolista. Este Málaga concede oportunidades más 'sencillas', aunque no resulta sencillo asentarse. El de Linares está dando pasos agigantados en ese segundo paso. Ese brazalete de capitán es un gesto simbólico. Pese a su situación, Manolo Gaspar blindó al canterano que está renovado hasta 2023, aunque aún no tiene ficha del primer equipo. 

Ismael Casas despeja un balón de cabeza.