Málaga CF - Cádiz: Pólvora mojada (0-1)
El Málaga CF se queda de vacío tras caer en el derbi andaluz ante los vecinos gaditanos después de una muestra de impotencia ofensiva que no se sanó en un final en el que se intentó la heroica
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Un Málaga que en ese momento era líder virtual de Segunda tras el doblete de Chupete ante el Granada ha gripado. Dos partidos sin marcar, dos derrotas y la sensación de que tienen que alinearse los astros para marcar un gol. Un Cádiz que fue mejor en la primera parte acabó en su área defendiendo con el equipo de Pellicer empujando y haciéndose acreedor al menos a un punto. Las bajas, obviamente, influyen, no sobra mucho y está fuera medio bloque potencialmente titular, pero ese equipo fresco y que se prometía osado y atrevido en la pretemporada y los primeros compases ahora no existe. Está espeso y no llega por juego, sólo por impulsos y arrebatos. La derrota en el derbi andaluz ante los vecinos gaditanos deja en media tabla en un momento en el que hay que guarecerse y pasar por uno de los numerosos vaivenes que hay durante la larga temporada en Segunda División. Las expectativas son altas, ya se ha verbalizado que no vale sólo la salvación. Pero los 50 puntos hay que conseguirlos.
Hay menos alternativas para Pellicer, que también tiene que afinar con menor margen de error. No es frecuente ver a dos centrales zurdos de manera simultánea como Galilea y Montero. Adrián Niño salía tras estar tocado del tobillo en los últimos días, pero duró media hora, hasta la pausa de hidratación. No estuvo cómodo. La chispa y ese algo diferente que parecía tener el Málaga esta temporada estaba en el limbo. Dani Lorenzo mandaba alto un balón muerto en el área en lo que fue la mejor ocasión malaguista en el primer tiempo. La tuvo también el malagueño Álvaro García Pascual poco después para los amarillos. Ganó una disputa larga y su vaselina se fue por encima de la meta de Alfonso Herrero, que a punto estuvo de regalar un gol regateando. Poco después, fue Montero quien dio un pase suicida para que el Cádiz robara y el rechace del toledano lo solventara Ortuño para colocar el 0-1. Que pilares de probada eficacia como Herrero y Montero estuvieran dubitativos no era un buen síntoma.
Hasta el descanso, impotencia malaguista. Larrubia lo intentaba por la derecha, pero sus centros carecían de veneno real para la zaga cadista. La conexión de Lobete, relevo de Niño, con Víctor tampoco fluía. Con el gol, el equipo de Garitano aplicaba cloroformo al partido, jugaba a que pasaran pocas cosas, pero con algún acercamiento más peligroso sin concretar. Ya lo hizo en el 0-2 del año anterior. Cuando tocaba, Suso dejaba detalles de su inmensa calidad.
Pellicer intentó zarandear al equipo al descanso, con Dotor y Dani Sánchez por Brasanac y Víctor, prácticamente con tres centrales y Dani Sánchez suelto en la izquierda. Más por voluntad que por juego, el balón pasaba algo más por el área de Aznar, pero el Cádiz respondía con un gran disparo al palo de García Pascual desde la frontal, en un buen detalle técnico. Una buena doble ocasión de Dani Lorenzo y Chupete no se concretaba y los minutos pasaban. La Rosaleda se impacientaba, el murmullo con malos controles o duelos perdidos crecía. No se le podía reprochar ahora empuje y entrega al Málaga. El Cádiz no salía de su área, pero la pólvora está mojada. Tras la pausa de hidratación, entró Jauregi y tuvo una muy clara en un balón muerto que mandó a las nubes. Larrubia, con Dani Lorenzo los más incansables y los que percutían, desequilibraba continuamente, pero las ventajas no se aprovechaban. El Málaga CF mereció el empate con un Cádiz aculado y extremadamente defensivo. Otra vez Jauregi en una cabezazo al que no le dio ninguna fuerza, Lobete le pegó al aire... Dos partidos sin marcar, dos derrotas y la sensación de que hay un problema ofensivo de primer orden en una temporada en la que se tiene el quinto límite salarial de la categoría. Esto es Málaga y hay presión. Ahora toca gestionarla.
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