Málaga CF-Córdoba: Verdes, verdes, verdes (2-2)

El Málaga CF tira por dos veces las ventajas en el marcador con un futbolista más que el Córdoba, el 2-2 en el minuto 100

Capítulo aparte merece la actuación del árbitro y del VAR, un total disparate

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Rafa, tras el Málaga CF-Córdoba
Rafa, tras el Málaga CF-Córdoba / Carlos Guerrero

Se miraba la bota Rafa Rodríguez al acabar, pensando cómo diablos es posible que tras esos dos golazos no se ganase el paetido. Empate del Málaga con sabor a derrota y de las duras. Un derbi que acabó con mucha gente gritando contra Sergio Pellicer y que fue una oda a los despropósitos. Con un hombre más, permitió el 1-1 y el 2-2. Regalos, para más inri. El técnico tiene mucha culpa, pero no se pueden ir de rositas los jugadores y los que han confeccionado la plantilla, con Loren Juarros a la cabeza. No puede estar más verde la escuadra malagueña, otra vez castigada en un alargue que merece capítulo aparte. Aunque se deba y se tenga que hablar del VAR, los pecados cometidos no tienen parapeto posible.

El fútbol es lo que pasa en el campo, todo lo demás es relleno, preliminares. Puedes estar toda una semana preparando un encuentro con mimo y cuidado y las pizarras saltan por los aires cuando el esférico rueda. Eso le pasó al Málaga, que a los nueve minutos vio como Juanpe, una rareza de Ave Fénix que se había convertido en el ancla del equipo tras dos años a la deriva, se marchaba lesionado.

Eligió Pellicer dar entrada a Darko Brasanac en lugar de Izan Merino o Rafa Rodríguez. El serbio volvió a tener que irse de manera prematura del campo. Esta vez no fue por una roja sino por lesión. Muscular también. Aguantó Pellicer para no agotar una ventana de sustituciones y casi le cuesta el 0-1 en el 48’. Fuentes mandó desviado un disparo franco tras una transición.

Fue lo que buscó el Córdoba en Martiricos. Otras veces, el equipo de Iván Ania doblegó con mejor fútbol a los de Pellicer. En esta cita fue diferente. Presionó bien la salida y buscó el error, por momentos, estuvo donde quería, pero sufrió ante el Málaga en los primeros 20 minutos especialmente.

Lo que sucede es que este conjunto blanquiazul es inocuo el 90% de los minutos. Hubo llegadas. Algunas con centros de Brasanac, precisamente, por la derecha. También pusieron buenos un par de serviciones decentes Larrubia y Rafita. Hasta Víctor García lo hizo por el otro costado avanzado el primer tiempo. O se paseó el balón o se lo dejaron atrás, como Dotor y el serbio.

Estaba predestinado este partido a acciones indescifrables cuando estaba siendo precedible. Entró Rafa Rodríguez por Brasanac. Se inventó un golazo de los suyos un poco después de que el Córdoba se quedase con diez por expulsión de Albarrán tras detener bruscamente a Larrubia cuando se escapaba solo cerca del área.

Se relamía La Rosaleda todavía cuando el Córdoba empató de manera terrible. Adrián Fuentes, que el año pasado estaba en el Tarazona en Primera RFEF, batió de tacón a Alfonso Herrero tras llegarle un servicio que ningún defensa tuvo narices de evitar.

Introdujo Pellicer a Lobete y Adrián Niño, jugando con dos puntas por primera vez en tiempo. El delantero roteño tuvo un remate de cabeza tras pase de Larrubia. Flojito y centrado. No perdonó Eneko Jauregi, en plena racha. Niño precisamente buscaba conectar con Rafa y un defensa se cruzó para asistir sin quererlo al vasco, que entró desmarcado en el segundo palo.

Y entró el esperpéntico VAR, como en Castellón el otro día, para seguir cargándose el fútbol. Minutos y minutos de juego parado para decidir si un gol tan claro era legal o no. Lo anuló el árbitro sevillano, que estaba haciendo historia al romperse el criterio territorial.

Rozando el 90’ volvió a aparecer Rafa Rodríguez para definir en una acción brillante, otra más, en el área. Amago, recorte, definición. Y 12 minutos de añadido para defenderlo ante un Córdoba que no tiraba la toalla.

En lugar de no permitir que se jugase más, hacer buena la superioridad númerica y en el marcador, el Málaga se pegó otro tiro en el pie. Al estilo Castellón, en el 100 de partido, en el área chica. Gol de Diego Bri. Desolador. Un bueno número de aficionados pidió la dimisión de Pellicer al finalizar el derbi andaluz más raro que se recuerda.

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