Málaga CF, el día de la marmota

El Málaga CF entró en el descuento de Castalia con 17 puntos virtuales, a tiro de play off de ascenso y, nueve minutos después, se quedaba con 14, cerca de la zona roja del descenso. Así cambian las situaciones en LaLiga Hypermotion, así es el día de la marmota malaguista. Una derrota especialmente daniña por la manera, por cómo, después de hacer un partido decente y serio, el partido se marcha de manera dolorosa.

La falta de contudencia en las áreas está siendo una lacra para el Málaga. Delante, el regalo de un penalti del Nuevo Testamento del fútbol, que si pitan en contra produce suma indignación, permitió coger ventaja. El Málaga la gestionó bien, estuvo cerca del 0-2 en varias situaciones claras de ventaja que no se concretaron. Esa falta de mordiente, de mala leche, de un equipo al que fuera de casa le cuesta una barbaridad. Es algo constante desde que se regresó al fútbol profesional, son sólo tres victorias en los 27 partidos a domicilio de Liga que se han jugado desde agosto de 2024. La última victoria fue en Las Palmas, con ese gran gol de Rafa Rodríguez. Desde entonces, sólo derrotas.

La marcha de Dani Lorenzo del partido, con amarilla y ciertamente cansado después de un tremendo esfuerzo tras un notable partido, terminó de acular al Málaga, Pellicer optó por una defensa tres centrales más dos laterales. Y justamente los goles llegaron por las zonas que quiso reforzar, con centros laterales que son un calvario para este equipo de manera repetida. El partido, antes del gol propio, iba en buena línea, había control de partido y runrún en campo rival. También después había cierta tranquilidad con la situación, pero con la previsible ofensiva rival el Málaga se diluyó. Hubo opciones claras, especialmente una de Joaquín con un pase nítido a Lobete que no controló. Córners y faltas cercanas que no generaron peligro. La falta de un delantero suplente con las lesiones de Niño y Chupete propiciaron que se perdiera la referencia de Jauregi, que en 72 horas jugó más minutos que en el resto de la temporada. No obtante, tuvo maneras de salir de su área el Málaga y de amenazar aun sin el ariete vasco, pero sin ir a la yugular del rival.

De nuevo, tras la balsámica victoria en casa, un nuevo revés a domicilio, en una ley del péndulo que agota, también dentro. La desazón existía en el viaje de vuelta después de que casi se culminara una semana perfecta, pero ocurrió lo contrario. Un descuento venenoso que propició una derrota que vuelve a provocar ruido antes de encontrarse con un Córdoba a un punto de la zona de play off. Hay costumbre de vivir en situaciones límites en este Málaga, como equipo y como club, lo que no evita que sea cansino.