Málaga CF-Levante UD: El bálsamo Rosaleda (18:30)

rosa/El Málaga recibe al Levante herido en su orgullo porque lleva un 2025 en el que la fortuna la da la espalda. Así que el equipo blanquiazul se agarra a La Rosaleda para revertir la situación. Los jugadores y el mismo Sergio Pellicer la consideran una especie de bálsamo de Fierabrás, esa mágica poción carolingia citada en El Quijote. Puede ser que ese apoyo sea sanador, pero mucho cuidado si no se juega de manera aceptable o se cae de manera deshonrosa, que se puede volver en contra y ser, si no letal, corrosiva y dañina. Porque ahora mismo existe una preciosa conexión entre todos, los de dentro y los de fuera, mas no sería la primera vez que una racha de derrotas dinamite la paz social.
Echando la vista atrás, tal y como en el curso anterior, el arranque de año natural no ha sentado bien. Se marchó fuerte y sonriente al parón navideño el Málaga, pero el regreso no ha sido el esperado. Un punto de 12 y pese a que el juego casi siempre ha acompañado, se están viendo pecados que antes o no se observaban o se esquivaban. La gente del fútbol les llama detalles en estos tiempos modernos. Por encima de todo, escuece ver que en la cadena de derrotas hay un denominador común: el equipo siempre se adelantó. Y eso antes, con Pellicer a los mandos, era sinónimo de fiabilidad.
Se tiene que reencontrar con la victoria el Málaga en una situación compleja por las bajas. Perdió a Luismi Sánchez en la batalla campal contra el Real Zaragoza. Ahora se las tiene que apañar sin Nelson Monte. Dos piezas fundamentales en la maquinaria al tratarse de jugadores solidarios, aguerridos y que se juegan el físico en cada acción. Uno de los reemplazos será Einar Galilea, que puede compensar la baja del portugués. En el centro del campo hay debate. En Santander fue Ramón Enríquez el que se situó de pareja de baile de Manu Molina. Sería una apuesta por el talento y es obvio que el capitán es un futbolista a enganchar porque puede marcar diferencias. La alternativa más lógica, sin embargo es un Izan Merino que está ansioso por tener minutos. Es joven, sí, pero también competitivo, físico y con una lectura inteligente sobre el verde.
Entendiendo que en punta el nueve claro es Dioni Villalba y su escolta Julen Lobete, toca mirar a las bandas. Los dos de arriba están bien, muy bien. Juegan, hacen jugar y provocan no pocos cortocircuitos en los rivales. En la derecha es indiscutible la presencia de David Larrubia. En el costado izquierdo hay más donde elegir pero nadie fijo. Antoñito Cordero tiene algo de ventaja, pero no está al nivel de antes. Kevin es dientes de sierra. Y a Yanis Rahmani se le sigue esperando.
¿Quién estará delante? Pues uno de los equipos más fiables de la categoría, el Levante de Julián Calero. Viejo zorro, ya en el Ciutat de Valencia sacó oro de un par de errores del Málaga y de sus ganas de ganar. Así que cuidado con volcarse hacia arriba. Parece cuestión de tiempo que se meta en la zona de play off. Marca la frontera con 42 puntos, en parte por su sorprendente derrota en casa por la mínima contra el Racing de Ferrol del lunes, de ganar habría llegado como segundo. Sólo cuenta con cinco partidos perdidos (los mismos que Racing y Almería) y sus 38 goles a favor indican que tiene recursos arriba.
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