Málaga CF-Real Sociedad B: A falta de fichajes, milagritos caseros (1-0)

Golazo de chilena de Rafa Rodríguez en el minuto 86 para dar la primera victoria a su equipo

Así te lo contamos en directo

Rafa celebra su golazo en el Málaga CF-Real Sociedad B
Rafa celebra su golazo en el Málaga CF-Real Sociedad B / Carlos Guerrero

El Málaga, este Málaga, necesita algo más. Porque no está Luismi, fichar un centrocampista. Porque necesita un poco más de calidad, un extremo. Y quizás algo más. Pero como puede que no venga ni una cosa ni la otra, mejor derivar el debate a sus héroes caseros. Le toca a Rafa Rodríguez, que parece tocado por una varita mágica. Le cae el balón en el momento y el lugar preciso. No es la primera vez y se intuye que no será la última. Luego, hay que tener el temple y la categoría para meter una chilena de ese calibre.

Provocó el frenesí en La Rosaleda con su último milagrito. Empieza a formar parte del ADN del Málaga pensar que siempre se puede. Incluso cuando menos fluye. Tanto en el punto del Eibar como en la victoria ante la Real Sociedad B, hay mucho de convicción. Es una manera sufrida pero digna y épica de compensar las carencias. Y de hacer afición. Porque victorias así se recuerdan para siempre. No son títulos, sí medallas. A Rafa, de paso, le mete en un selecto grupo. La de Baptista, la de Dely, la de Baha... la de Rafa.

Otra vez fue impetuoso en su arranque el Málaga, como en el estreno. Otra vez por la izquierda, pero en lugar de Lobete, de Joaquín Muñoz, que fue la gran novedad en un once donde siguió Dani Lorenzo de enganche. También Larrubia dio un aviso serio a Fraga, aunque ninguno como el disparo del 11 que besó el larguero.

Parecía que el Málaga podía acorralar al Sanse, pero el conjunto vasco es un filial desacomplejado y descarado. Supo combinar, como bien advirtió Ansotegi, defenderse con balón y también morder en cuanto los blanquiazules titubearon lo más mínimo.

Calculó mal Montero en un pulso con Ochieng, que se plantó solito en el área. Por fortuna para los locales, le pegó con más ganas que tino. Gozó de alguna más, obligando a Alfonso Herrero a tirar de reflejos.

A los blanquiazules no le terminaban de salir las cosas. Falló en un par de contras claras. Joaquín tardó demasiado en pasar a Niño. En la otra fue Niño quien se precipitó buscando a Dani Lorenzo, que galopaba a su vera en solitario.

Fue precisamente el marbellí el sacrificado por Pellicer al descanso. El de Nules tiró de Chupete, en un mensaje nítido a los presentes. Pero la doble punta no duró ni un cuarto de hora. Un desgastado Niño dejó su lugar a Lobete, que el curso anterior dio un buen rendimiento como enganche alborotador.

No terminaba de funcionar el Málaga, justito de piernas y de ideas. Lobete otra vez al costado con la entrada de Ochoa y la salida de Joaquín. También Juanpe ocupó el lugar del amonestado Izan, que corrió por tres.

Seguían pasando los minutos y el Málaga sólo logró amenazar con una acción de Larrubia que le acabó costando la amarilla por reclamar córner.

Fue precisamente gracias a un saque de esquina que el Málaga logró batir al combativo Sanse. El último de los cambios, Rafa, acostumbrado a ganarse el sueldo en esos minutitos finales desde que apareció por primera vez con el primer equipo. Un golazo de chilena que enloqueció a los presentes.

Primera victoria, cuatro puntos en dos jornadas en casa y a mirar hacia Las Palmas, cuyo entrenador estuvo vigilando en las gradas.

stats