Málaga CF-Sporting de Gijón: Esperanza, Chupete y al cielo (2-1)

El delantero cordobés firma un doblete que deja al Málaga virtualmente salvado con 52 puntos tras remontar en un nuevo acto de fe

Así te lo contamos en directo

Chupete celebra con sus compañeros un gol al Sporting
Chupete celebra con sus compañeros un gol al Sporting / Carlos Guerrero

Si hay algo que ha caracterizado al Málaga en esta temporada es que nunca se rinde. Mantiene viva la fe, la Esperanza (este sábado se escribe con mayúscula). Elige creer cuando todo se le pone en contra. Alcanza los 52 puntos después de remontar al Sporting de Gijón en un partido con mesías: Chupete.

El delantero cordobés firmó los dos goles, el primero de una belleza y una imaginación desbordantes. Es un prodigio goleador que ha firmado 24 tantos con el Atlético Malagueño y lleva cuatro en sus primeros pasos en Segunda División, que bien valen una permanencia. Se celebró como tal en el césped y en las tribunas del estadio aunque haya que esperar al domingo.

Con Nelson Monte disponible, Pellicer pudo mantener la idea de los últimos partidos. Sólo fue cuestión de poner a Álex Pastor y Víctor García por Einar Galilea y Dani Sánchez, que finalmente no llegó a tiempo.

Mismo dibujo, misma idea, pero un partido distinto. El equipo blanquiazul se presentó cerca de la portería con un córner a los dos minutos. Fue una efímera presentación. Garitano había estudiado bien la idea del Málaga y jugó a esperar un poco más atrás hasta que el cuadro malacitano se ahogaba y la perdía directamente.

Tuvo serios problemas el Málaga para tejer juego, con Larrubia bien vigilado y el resto muy estáticos. Logró crear peligro a balón parado con varios saques de esquina y con un par de acciones por la derecha. Un disparo mordido de Chupete y otro de Cordero, ambos abortados por Rubén Yáñez.

El Sporting sí tenía las ideas más claras, aprovechando la flacidez del Málaga, que tuvo que correr hacia atrás en no pocas ocasiones. Nelson rebañó a Otero un gol casi cantado a pase de Gaspar. Si bien es cierto que los asturianos inquietaron más con disparos de media-larga distancia. Una falta directa de Otero obligó a Herrero a hacer una de las mejores paradas de la temporada.

Estaba siendo un partido triste, con dos equipos históricos venidos a menos y que por momentos evidenciaban por qué están en la situación que están. Pese a todo, los entrenadores no tocaron nada en el descanso y regresaron los mismos que se fueron a la caseta.

Regresó con brío el Málaga, pisando pronto el área rival. Un centro medido de Víctor García lo cabeceó llegando desde atrás Larrubia. La picó bien, pero entre Yáñez con la punta de los dedos y el larguero evitaron el primer tanto del choque.

Un espejismo porque no tardó el Sporting en aproximarse, explotando bien los espacios a la espalda de la zaga. Así llegó el tanto asturiano, con un centro fantástico de Guille Rosas y un mejor remate de cabeza en carrera de Otero, que se impuso a Nelson y pilló a contrapié a Herrero.

Pellicer tiró un doble cambio sin pestañear. Fuera Izan Merino y Julen Lobete, dentro Dioni y Manu Molina. Provocó un movimiento de piezas que surtió efecto pronto.

Una apertura precisa de Manu Molina en largo para un David Larrubia que entró por el costado como un rayo para servir un centro fuerte y medido. Todo bien y dentro de los cánones clásicos. Lo que vino después rompió moldes. Un remate de Chupete con la espuela que burló al marcador y al portero y desató la locura en Martiricos. Se quitó la camiseta, enseñó su nombre a los presentes girando sobre su eje y luego se fue a abrazar al míster.

Sufrió un par de sustos gordos el Málaga después de ese momento de euforia. Murillo evitó in extremis el doblete de Otero en una contra y luego Pablo García marcó en fuera de juego.

El Málaga no se conformó y fue hacia arriba. Víctor García metió un balón a la espalda buscando a Chupete. Diego Sánchez se despistó y el delantero se aprovechó para pescarla y batir a Yáñez por segunda vez.

Pellicer quitó a Larrubia y al propio Chupe para cerrar la faena con Rafa y Juanpe. La tensión se mascaba en La Rosaleda. En el verde y en la grada. Se acariciaba la permanencia. Aun así Cordero pudo lograr el tercero, pero Yáñez con dificultad la mandó a córner.

Estalló de júbilo Martiricos, que sabe que el trámite es matemático. En caliente es natural que se celebre con alegría y alivio. Ya habrá tiempo de meditar en frío y exigir mejoras y ambición.

stats