El malaguismo, unido contra los que mandan

Había sido una semana en la que el malaguismo no entendió que para relevar a Sergio Pellicer se tirara de Juanfran Funes en el banquillo. Se interpretó en muchos sectores como conformismo y mediocridad, aunque Loren saliera a dar sus explicaciones. El caso es que el ambiente en La Rosaleda, que no llegó a los 20.000 espectadores en una fría noche dominical a pocas semanas del invierno, no era idílico de partida. Desde la gradad de animación se iniciaron al inicio del partido y en cada parón cánticos contra los máximos responsables actuales del club, el administrador judicial, José María Muñoz; el director general, Kike Pérez; y el director deportivo, Loren Juarros. Se pedía la dimisión de todos ellos con vehemencia y seguía el resto del estadio.

Con el viento a favor del 2-0 de Adrián Niño se atemperaron algo los ánimos, pero conforme avanzaba el segundo tiempo y el Málaga se iba diluyendo, las piernas temblaban y los pitos ya arreciaban antes de que Petit igualara el encuentro en el minuto 80. Con el empuje final se centró la atención en el césped para apretar. En medio de pitos por algunas pérdidas y de nerviosismo, éxtasis con el tanto de Galilea, que recordó al del Atlético B en Primera RFEF por el momento. El malaguismo está unido contra los que mandan. Tras la celebración, volvieron los gritos. No es el ambiente ideal, pero había que recordarlo.