"No me sorprende nada del Málaga, ambiente extraordinario"

Luis Miguel Ramis, entrenador del Burgos, analizó el partido y felicitó a su afición

Un poco de todo

Tifo antes de empezar. / Carlos Guerrero

Luis Miguel Ramis, entrenador del Burgos, valoraba lo que había sido el partido, con su equipo dominando muchos minutos y siendo mejor pero con un empate final. "Partido bueno, buena primera parte, gran parte de la segunda, bien con balón y sin balón. Nos faltó para ganar el partido cerrarlo antes. Hemos conseguido renta de dos, la hemos defendido bien, por eso retardamos los cambios. Algún error nos penaliza demasiado para lo que el rival ofrecía y lo bien que estábamos. Dos acciones que pueden llegar pero que no hemos sabido solventar y hemos empatado un partido", señalaba el técnico catalán.

Cuestionado sobre el Málaga CF y su afición, Ramis decía que "no me sorprende la afición del Málaga, siempre está ahí en situaciones buenas o malas. Siempre hay un ambiente extraordinario de fútbol. Da gusto venir a un estadio así y ver 20.000 personas siempre, en cualquier circunstancia. Ambiente fantástico, escenario estupendo para cerrar la temporada. Muy satisfecho por lo que han hecho los chicos, hacen lo que trabajamos. Intentaremos seguir mejorando lo que nos falta. Lo que ofrecemos es de buen nivel, pero nos falta complementarlo bien. No queremos fallar para dar pasos adelante. Felicitar al Málaga y desearle lo mejor, el año que viene volveremos a vernos".

Lágrimas y despedidas

El último día de curso suele tener un aire nostálgico. El horario no ayudaba a una despedida masiva (19.337 espectadores, unas de las más flojas) de una temporada que dentro de la plantilla se considera notable. En el preámbulo, Fondo Sur 1904 desplegaba un tifo espectacular que ocupaba todo el fondo con un hijo a hombros de su padre y la leyenda “Coraje y corazón. De padres a hijos”. No hay campo con mejor ambiente en la categoría que La Rosaleda. También se recibía al Unicaja para el saque de honor. Por suerte, se ha convertido en costumbre. El título de la Basketball Champions League cosechado hace unas semanas en Atenas era el buen motivo de la visita, con ovación de todo el estadio.

Existía también ese aire reivindicativo e irreverente del último día, aunque con algún grado menos del esperado. “José María, dimisión”, se cantaba ya en el minuto 1 de partido. En la pausa de hidratación y conforme avanzaba el partido con cierta frecuencia. Hay hastío en el malaguismo del laberinto sin salida judicial que ha perpetuado en el cargo a José María Muñoz, administrador judicial desde febrero de 2020 de la nava malaguista. Si el jeque no aceptar vender, el horizonte es este, un proyecto que parece con un techo de cristal porque a la base que hay y a la cantera hace falta inyectarle una dosis de físico y talento para aspirar a cotas más altas, al lugar al que debe pertenecer por dimensión de club y afición la entidad blanquiazul. Por cierto, algunos de los críticos que braman a través de plataformas distintas estaban sentado en el palco. Algún cartel de “Nos vamos de vacaciones”, flotadores y tumbonas y algún cántico, también el de “¿Dónde están los balones?” mientras el Murcia marcaba en Tarragona. Al descanso, foto con todos los equipos de la cantera en el centro del campo.

Era un día también de despedidas. Varios de los héroes del ascenso de Tarragona jugaban sus últimos minutos como malaguistas. En los próximos días se aclararán algunas dudas con Manu Molina o Dioni, que lucía el brazalete de capitán. Fueron cambiados por Pellicer juntos al comienzo del segundo tiempo. Gran ovación de dos jugadores que serán recordados con los años. El adiós de Antoñito Cordero también inspiraba sentimientos encontrados. Con 17 años ya era historia del Málaga, pero con 18 se marcha sin dejar un euro antes de preparar con Izan Merino el Europeo sub 19. Al final, recuerdos para Kevin también, que se marchó en el cambio con algún pito. Un último día de sentimiento.

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