Había carencia de defensas centrales y ya en la previa Pepe Mel apuntaba que la solución más lógica es la más natural. Miró hacia abajo, algo que, ya lo ha demostrado sobradamente a lo largo de su carrera como técnico, no tiene reparos en hacer. Y eligió, después de que Duda le expusiera su opinión y viera las distintas opciones en acción, a Moussa Diarra.

El joven central (20 años) de Mali cumple su tercera temporada en Málaga, llevó para su último año de juvenil. Se le vieron condiciones desde el primer momento, formó parte de aquel equipo que quedó campeón de grupo y alcanzó las semifinales de la Copa de Campeones.

Como explicaba Mel, Moussa aporta velocidad y potencia, algo necesario para cubrir campo, como pretende el técnico con la defensa adelantada. Llegó a costo de 50.000 euros, pagaderos en tres plazos y en función de variables.

El africano no se complicó en la salida de balón, cubrió campo, se complementó bien en las ayudas con Escassi y tapó un par de disparos peligroso. Ganó los duelos aéreos y la mitad de los que tuvo a ras de suelo. Es verdad que su fogosidad le hizo ganarse una tarjeta amarilla (la que menos era de sus dos faltas). Tendrá que medirla, pero un jugador de sus características eleva el nivel físico y atlético del equipo, algo siempre bienvenido. Fue la primera decisión de Mel mirando hacia abajo. También salió en el tramo final Murillo por el acalambrado Juanfran.