La Liga ha llegado a un punto de no retorno y el Málaga ha desperdiciado todas las balas que tenía en la recámara a lo largo de un par de meses para olvidar. Los de Gracia se han ido desinflando con el paso de las jornadas, devorados por la presión extra que les fue imponiendo su excelente temporada. No estaba preparado el plantel para un reto como el europeo, pero siguen teniendo en su mano una posibilidad más que real de acabar coronando un año más que excepcional.

Para ello deben mejorar los números de Espanyol y Athletic en estas tres finales que restan. Todos llegan al límite, y serán los pequeños detalles los que decidan quien ocupa finalmente la ansiada séptima posición. De momento, la cosa anda apretadísima. El Espanyol metió presión el viernes con un triunfo en Ipurua que le permitió acostarse por delante de rojiblancos y malaguistas. Ayer, los de Ernesto Valverde le pasaron la patata caliente a un Málaga que está obligado a sacar los tres puntos de Almería si quiere mantener vivas las esperanzas de disputar la Europa League dentro de unos meses.

Por si el reto no fuera suficiente, los de Gracia tendrán el handicap extra de intentar retomar la senda de la victoria sin uno de sus pilares fundamentales. Camacho, cuando todo parecía indicar que estaría disponible para el duelo de hoy, se quedó finalmente fuera de la convocatoria. Toda una sorpresa que deja el centro de mandos malaguista sin su gran capitán. Serán, una vez más, Recio y Darder los encargados de hacer olvidar la ausencia del maño, trabajo que no han logrado hasta ahora.

Esa inesperada ausencia, ha propiciado también que Tissone, uno de los protagonistas negativos del batacazo de Vigo, retorne a la lista. Arriba, la recuperación de Juanmi podría dejar fuera a Castillejo, permitiendo igualmente la vuelta a la titularidad de un Javi Guerra que se ha mostrado muy activo en los pocos minutos que ha tenido durante estas últimas jornadas.

El ariete veleño compartiría la punta del ataque con Amrabat, el mejor futbolista de los blanquiazules en este tramo final de Liga.

Enfrente, un Almería que se juega la vida. Con tres puntos en el purgatorio del TAS, viejo conocido de la entidad de Martiricos, los de Sergi Barjuan están obligados a puntuar después del triunfo que cosechó ayer el Granada ante el Córdoba. La presión es máxima y la situación límite para los locales, que han ofrecido buenas sensaciones desde el último cambio de entrenador.

No es el mejor contexto para un Málaga que ha tropezado en todas las salidas de esta segunda vuelta que le han enfrentado a equipos de abajo. Un buen argumento para demostrar que realmente se merece esa séptima plaza. El último tren blanquiazul pasa hoy por el estadio de los Juegos Mediterráneos. Dos andenes, salvación y Europa, se entrecruzan para dar esperanza a uno de los dos pasajeros. Un derbi andaluz con tintes dramáticas que dejará a uno, o incluso a los dos, fuera de combate. El Málaga tiene una última bala en la recámara para alcanzar un sueño que se presentó sin esperar. Que ruede el balón.