Vueling suprime un vuelo a Barcelona y deja en tierra a numerosos malaguistas que iban a Tarragona

"Sentimos comunicarle que su vuelo no operará. En breve nos pondremos en contacto de nuevo para informarle de la mejor alternativa para su vuelo. Por favor, acepte nuestras más sinceras disculpas por todos los inconvenientes". Con este escueto mensaje, Vueling informaba en la madrugada de este viernes al sábado que cancelaba un vuelo Málaga-Barcelona en el que viajaban a las siete de la mañana numerosos seguidores malaguistas, casi un centenar, para asistir este sábado al partido entre el Nàstic y el Málaga CF que podía suponer el ascenso a Segunda División del cuadro blanquiazul.

Con apenas unas horas de antelación y con nocturnidad llegó la alerta y hubo quien se quedó en viajar con todo comprado para asistir a un partido histórico y otros tuvieron que buscar alternativas mucho más caras, como ir en coche de improviso o comprar otro vuelo. La alternativa que dio la empresa fue otro vuelo que aterrizaba en Barcelona a las 20:00, sin tiempo material para desplazarse a Tarragona (más de una hora) y llegar a tiempo al partido. En la opción matinal cancelada había margen para coger un coche o ir en transporte público.

En los últimos días, después de la distribución de entradas por parte del club, los seguidores malaguistas habían diseñado distintos planes de viaje. El propio avión, el AVE, el autobús o viajes en coches particulares. Las 528 entradas, las mismas que los tarraconenses recibieron para ir a La Rosaleda, volaron a principios de semana, vía peñas o vía la venta a abonados, además de las peticiones de jugadores para familiares. Y así fueron cerrando los desplazamientos, que conforme pasaban las horas subían de precio progresivamente. A algunos no les fue suficiente por la cancelación de Vueling.

Despedida al equipo

Justamente en el aeropuerto, el Málaga CF emprendió un viaje con 2.000 personas acudieron a despedir a los jugadores a la terminal del aeropuerto antes de que tomaran el chárter que les guiaba a tierras catalanas. Se vivieron escenas de mucha emotividad y los jugadores tuvieron un impulso tremendo que intentarán canalizar.