Lina Tur Bonet | Violinista

"Nuestro Beethoven puede sonar chocante o revolucionario"

  • Acompañada al fortepiano por la rumana Aurelia Vişovan, la violinista murciana Lina Tur Bonet ha grabado dos de las Sonatas más relevantes de las diez dejadas por Beethoven para su instrumento

La violinista cartagenera de ascendencia ibicenca Lina Tur Bonet

La violinista cartagenera de ascendencia ibicenca Lina Tur Bonet / Michal Novák

2020 estaba marcado con letras doradas en el universo clásico de la música, pues se conmemoraba el 250 aniversario del nacimiento de Beethoven. Era difícil encontrar en todo el mundo orquestas, teatros y auditorios que no tuvieran sus agendas cargadas de eventos con música del genial músico alemán. La pandemia se lo llevó casi todo por delante. Por suerte, nos quedan los discos. Aunque también afectadas por las extrañas condiciones de vida del último año, las producciones discográficas, bien porque estuvieran ya realizadas o programadas, bien porque los confinamientos abrieran huecos en agendas normalmente sobrecargadas, han salvado para muchos el Año Beethoven.

Terminando ya la efeméride llegaba el tributo al compositor de la inquieta y proteica Lina Tur Bonet, una de las pocas violinistas del mundo que alterna continuamente y con absoluta normalidad instrumentos antiguos y modernos y que pasa de Bartók a Biber, de Bach a Messiaen de un día de concierto para otro. En este álbum del sello belga Passacaille recurrió a su Tononi de 1724 para, en compañía de la rumana Aurelia Vişovan, que toca un fortepiano réplica de un Jakob Bertsche de hacia 1815, registrar las dos últimas sonatas del músico de Bonn, la , la Kreutzer, sin duda la más popular del ciclo, y la 10ª, la sonata de absoluta madurez del músico.

–¿Es su primera grabación de música de Beethoven?

–Así es. Llevo muchos años tocando su música, sus conciertos y sonatas, su música de cámara y sus sinfonías... e incluso el Fidelio. En los últimos años lo he hecho sobre todo con instrumentos originales, haciéndome muchas preguntas nuevas, así es que estaba preparándome para poder ofrecer una grabación que ahondara en la interpretación de esa época.

–Se ha decidido por la más popular de las sonatas de Beethoven y la más madura, ¿por qué estas dos obras en concreto?

–Había tocado ya con Aurelia la Sonata Kreutzer y había sido tal el placer que sentimos que no queríamos dejar de incluirla. Buscamos entonces otra sonata que contrastara con ella, y la 10ª nos pareció perfecta por mostrar una faceta de Beethoven completamente distinta y en una época ya más tardía del genio. Así que se puede escuchar tanto el fuego de Beethoven como su enorme lirismo y su humor.

Beethoven - Tur Bonet y Visovan Beethoven - Tur Bonet y Visovan

Beethoven - Tur Bonet y Visovan

–Es de los pocos violinistas del circuito internacional que pasa continuamente del violín barroco al moderno. ¿Le costó mucho trabajo decidirse a escoger instrumento para acercarse a Beethoven?

–En esta grabación he utilizado mi violín moderno, un Tononi de 1724, teniendo la suerte de poder utilizar un arco original de la época prestado generosamente por Rui Canelas de su colección privada en Múnich. Tanto las cuerdas de tripa como el arco original dan muchísima información de aspectos cruciales para esta música como son la articulación, el fraseo, el tipo de sonido y las dinámicas. También la manera en la que se mezcla un violín así montado con un fortepiano es incomparable con lo que nos ofrecen los instrumentos modernos.

–¿Habían podido tocar estas sonatas en concierto antes de grabarlas?

–Conocí a Aurelia hace ya casi dos años, y nos entendimos muy bien, además de que ella aceptó tomarse el tiempo necesario para probar esta música, experimentar e investigar, algo que no todos los intérpretes están dispuestos a hacer tanto por el tiempo que este empeño requiere como por la audacia que algo así supone. Primero, trabajamos las obras, acudimos a expertos que pudieran orientarnos sobre cuestiones vinculadas a la interpretación, y luego tuvimos la suerte de tocarlas en concierto tanto en España como en Austria. Sólo después las grabamos. Todo el proceso estuvo muy vivo, pudimos probar muchas cosas, y las obras fueron cambiando orgánicamente hasta el momento de la grabación. Todo suena muy espontáneo e improvisado, que es lo que queríamos, pero le aseguro que cada decisión fue largamente contrastada y meditada.

Lina Tur Bonet y Aurelia Visovan con el ingeniero de sonido, Jean-Daniel Noir. Lina Tur Bonet y Aurelia Visovan con el ingeniero de sonido, Jean-Daniel Noir.

Lina Tur Bonet y Aurelia Visovan con el ingeniero de sonido, Jean-Daniel Noir. / L.T-B.

–¿Cuál considera que es la principal aportación de sus interpretaciones a la nutrida discografía de estas obras?

–Hay magníficas grabaciones de estas obras que realmente admiro y que llevo escuchando toda la vida. Esta grabación no nace, como quizá pudiese parecer, de un deseo de romper o cambiar algo, pues eso sería absurdo… La música de Beethoven, como la de Bach, está muy por encima de sus intérpretes. Lo que hay es simplemente mucha curiosidad sobre cómo se debía de tocar en esa época, mucho trabajo de investigación y de ensayos. Hemos probado muchas posibilidades, consultado con expertos y aplicado los conocimientos que en ese proceso hemos ido adquiriendo. El resultado final es la consecuencia de un profundo amor y disfrute hacia esta música. Entendemos que para muchas personas puede sonar chocante o incluso revolucionario (¿no lo era Beethoven acaso?), pero la nuestra no es una actitud provocativa. Al contrario, nos ha guiado un profundo respeto a su música, y nos ha inspirado su persona y lo que sabemos del artista Beethoven.

–¿Cómo afronta 2021 aún en medio de las restricciones que ocasiona la pandemia?

–Afortunadamente, y a pesar de más de medio centenar de cancelaciones, tengo proyectos pendientes en los próximos meses, Noruega, Alemania… y tengo que decir que, también afortunadamente, ahora mismo muchos en España, que a pesar de los pesares está siendo uno de los pocos lugares donde los músicos podemos continuar trabajando, y donde el público está demostrando un apoyo incondicional. Mi gratitud al apoyo del público es inmensa, y me emociono en cada concierto cuando veo que llenan los aforos permitidos. El público y el enorme esfuerzo de los programadores nos están dando muchas razones para seguir con ánimo tocando en estos tiempos; es de una generosidad abrumadora y motiva mucho a seguir trabajando y preparando programas para ofrecerlos de la manera que nos sea posible. Ojalá seamos capaces de devolverlo con creces con nuestro trabajo. Porque, además, creo que todo esto le está dando a la Música una dimensión aún más importante para todos.

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