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'Governator' se va por la puerta de atrás

  • Schwarzenegger abandona su cargo de gobernador de California. Ciudadanos y medios critican que sus músculos impresionan más que los resultados de sus siete años de mandato.

Seguramente a Arnold  Schwarzenegger no le habría gustado un final así en sus anteriores  aventuras cinematográficas. Cuando el martes deje oficialmente su cargo  como gobernador de California no lo hará precisamente como un héroe  de acción: muchos ciudadanos y medios le acusan de que sus músculos impresionan más que los resultados de sus siete años de mandato.  

El republicano deja a su sucesor, Jerry Brown, una difícil  herencia. Un estado en emergencia financiera, con un déficit  presupuestario de más de 20.000 millones de dólares. El doble de lo  que Schwarzenegger había heredado en su día de su impopular  predecesor, Gray Davis.  

El político de origen austríaco había prometido todo a los  votantes. Empezando por sanear las arcas californianas, relanzar la  economía y crear puestos de trabajo. "Aquí está mi plan", exclamaba.  "Analizaremos todo, miraremos en todos los libros de cuentas y  después acabaremos con este alocado gasto sin dinero. Si quieren un  cambio en este estado, síganme."  

Y los votantes le siguieron. "Pero hoy, muchas promesas sólo son  un lejano eco", resumió recientemente el Mercury News. Un  columnista de The Los Angeles Times lo calificó poco halagüeñamente  de una "estrella de acción con pies de barro".  

Sobre todo los sondeos de opinión hablan por sí mismos:  Schwarzenegger deja su cargo con una aprobación como gobernador tan  alta como a principios de 2004, y tan mala como la del demócrata  Davis. Éste había sido acusado de poner al borde de la ruina el  estado más poblado del país, con casi 40 millones de habitantes. Y  eso mismo es lo que hoy dicen muchos sobre Schwarzenegger.  

Si hay un consuelo para su sucesor, Brown, es este: es casi  imposible que California vaya peor. El estado sufre un obsoleto  sistema fiscal por el que se le escapa una buena suma de dinero y que  Schwarzenegger había prometido cambiar. Además, la recesión afectó  especialmente a California, donde hubo el mayor número de subastas  forzosas tras la caída del mercado inmobiliario y donde la tasa de  desempleo, con un 12% , es la más elevada del país.  

Brown no fue Mister Universo ni Terminator, pero posee  ambiciones misioneras, como el mismo afirma. La diferencia entre él  y Schwarzenegger es asombrosa. El asceta Brown estudió budismo zen,  ayudó a la madre Teresa en Calcuta y es vegetariano. Fue un decidido  opositor a la Guerra de Vietnam y vive de forma modesta.  

Además, tiene a sus espaldas una amplia experiencia política.  Cuando en 1982 Schwarzenegger interpretaba Cónan el bárbaro, Brown  estaba a punto de cumplir su segundo mandato como gobernador de  California. Cuando asumió el cargo fue el más joven en hacerlo y  ahora, a sus 72 años, será el más veterano. Sus últimos cargos fueron  los de secretario de Justicia y, anteriormente, alcalde de Oakland.  

Lo que seguro se mantendrá en su mandato es la elevada prioridad  que goza la política medioambiental en California. Brown, alias  Governor Moonbeam, como era apodado antaño este fan del espacio,  seguirá con agrado los pasos de su predecesor. Y es que los mayores  logros de Schwarzenegger fueron como gobernador verde. Entre sus  éxitos destaca la aprobación, en 2006, de una ley para reducir  drásticamente las emisiones de gases causantes de efecto invernadero.  

Y a partir de ahora, ¿qué hará Schwarzenegger? Según confesó  recientemente al Daily Variety, a sus 63 años tiene todas las  opciones abiertas, entre ellas la de regresar al cine. "Es como  esquiar o montar en bici. Uno vuelve a hacerlo y siente como si no  hubiera pasado el tiempo desde la última vez", sostiene. Sin embargo,  conocedores del sector le auguran más un futuro como cineasta que  como nuevo Terminator.  

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