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Londres y París dan palos de ciego en su intento de solucionar la crisis libia

  • La coalición internacional está de acuerdo en que Gadafi debe abandonar el poder pero no sabe cómo conseguirlo · Cada vez más expertos consideran inevitable el envío de tropas de tierra

Desactivar a la aviación de Gadafi, destruir un par de objetivos militares y ver en la distancia cómo la oposición celebra la victoria. En Francia y el Reino Unido muchos se imaginaron de una forma similar la misión de sus tropas en el país norteafricano.

Pero mientras la coalición internacional está de acuerdo sobre la necesidad de que el mandatario abandone el poder, la cuestión de cómo conseguirlo se vuelve cada vez más espinosa tanto a nivel político como militar.

Un mes después de los primeros ataques aéreos por parte de ambos países europeos, las ilusiones de ambos han estallado como una pompa de jabón. Los rebeldes apenas consiguen mantener sus posiciones. La cuestión que recorre ahora los pasillos de Downing Street y el Elíseo es: ¿cómo continuar en Libia?

En Londres ya surgieron las primeras voces que apuntan a la amenaza de "un nuevo Vietnam". El primer ministro británico, David Cameron, a quien una victoria rápida en Libia habría dado un respiro de sus problemas internos, se enfrenta a críticas cada vez mayores. En el seno de su partido ha llegado incluso a reclamarse que se interrumpa la pausa parlamentaria de Semana Santa.

"El Gobierno desmiente casi a diario que el Reino Unido se esté metiendo en una guerra civil", explica el jefe de la sección política de la BBC, John Pienaar. "Y casi también a diario, un grupo de parlamentarios del gobierno o la oposición muestran sus temores de que sea precisamente eso lo que está ocurriendo".

Las opciones que se discuten ahora para encontrar una salida son delicadas y controvertidas. Como el martes hiciera ya el Reino Unido, Francia e Italia anunciaron el envío de expertos militares a suelo libio. La tarea de los diez expertos destinados por Londres no es formar a tropas de combate ni intervenir en la lucha, aseguró el ministro de Exteriores británico, William Hague. "De ninguna manera" se trata de tropas de tierra, remarcó. Aunque no explicó de que se trata exactamente.

Por otro lado existe una duda generalizada de que la "misión de asesoramiento" vaya a dar la vuelta a la situación en Libia a favor de los rebeldes. ¿Qué hacer entonces? ¿Enviar armas a los rebeldes? ¿Destacar a verdaderas tropas de tierra? Estas cuestiones se ponen sobre la mesa cada vez con más frecuencia, incluso cuando los mandatarios en París y Londres las evitan.

El tono también se recrudece en París. Según afirmó al diario Le Monde el general francés Loup Francart, el envío de fuerzas especiales es inevitable, una opinión en la que estarían de acuerdo Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Alemania. "No pueden permitirse que el conflicto continúe", explica el general, quien sospecha incluso que ya podría haber soldados británicos destacados en territorio libio.

A comienzos de semana, diputados del Parlamento francés ya se pronunciaron a favor de enviar a Libia a entre 200 y 300 especialistas para, por ejemplo, identificar objetivos aéreos para los bombardeos aéreos de la coalición. Una operación de estas características no contravendría la resolución de la ONU, explicó el portavoz de la comisión parlamentaria de Defensa.

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, se reunió el miércoles en París con el jefe del Consejo de Transición libio de Bengasi, Mustafa Abdul Yalil, para discutir salidas a la crisis. El líder opositor libio no elevó demasiado la voz para pedir tropas de tierra internacionales pero sí invitó al presidente galo a visitar Bengasi. Del encuentro no trascendieron muchos detalles, aunque supuestamante Sarkozy habría prometido a Yalil que les ayudarían.

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