El presidente francés, Emmanuel Macron, prometió este viernes "aportar respuestas profundas a los disturbios" que se vivieron durante una semana entre finales de junio y comienzos de julio, con "autoridad, respeto y esperanza legítima".

Macron, que excepcionalmente habló en público al comienzo del primer Consejo de Ministros tras haber remodelado el jueves su Gobierno con la entrada de ocho nuevos miembros, reafirmó este viernes su confianza en la primera ministra, Élisabeth Borne, a la que mantuvo en el puesto.

Los principales cambios son el del titular de Educación, el historiador de origen senegalés Pap Ndiaye, al que sustituirá el hasta ahora ministro de Hacienda, Gabriel Attal -un próximo de Macron de sólo 34 años-, y el del ministro de Sanidad, François Braun, reemplazado por Aurélien Rousseau, que era director de gabinete de Borne.

Sobre todo, dijo que este nuevo Ejecutivo tiene una dirección política "clara" que es "la independencia del país para poder consolidar un modelo justo".

De los violentos disturbios que se desencadenaron en Francia, a partir de la muerte el 27 de junio de un menor a manos de la Policía cuando trataba de escapar de un control, insistió en que "hace falta a la vez autoridad, respeto y esperanza legítima".

Hizo notar que con las crisis que ha vivido el país ha quedado en evidencia el riesgo de "fragmentación" y de "división" de la nación.

Macron afirmó que habrá que "sacar las lecciones de lo que ha pasado" y "aportar respuestas en profundidad" y eso será una de las prioridades para el nuevo curso político a la vuelta de las vacaciones.

Se trata -afirmó- de "aportar una respuesta francesa a las inquietudes y a los desafíos del momento. Esta respuesta tiene que ser humanista. Pasa por una exigencia de autoridad, de orden. También por una voluntad de emancipación y de seguir forjando ciudadanas y ciudadanos".

El jefe del Estado, que había prometido cuando promulgó a finales de abril la polémica reforma de las pensiones, que fue acompañada de duras protestas durante más de cuatro meses, hacer balance al cabo de 100 días, estableció cuatro grandes ejes de acción de su política, empezando por "la reindustrialización y el pleno empleo".

"Sólo produciendo más -afirmó-, consolidando la independencia podremos seguir teniendo un modelo social que es uno de los más generosos del mundo, pero que hay que hacer más justo, es decir, corregir las desigualdades de partida".

El segundo eje es "sentar las bases de una reforma profunda de nuestro sistema escolar"; el tercero "la planificación ecológica" que compota unas medidas de urgencia y otras para preparar el largo plazo; y el cuarto "el orden republicano".

Macron se jactó, en respuesta a los que señalan que el sistema político está bloqueado porque su Ejecutivo no cuenta con una mayoría absoluta en la Cámara de diputados, de haber aprobado en el último año más que hace seis años, antes de que él llegara al Elíseo.

"El país -destacó- avanza con un objetivo: independencia y justicia".

A los miembros de su Gobierno les dijo que hay que actuar "con exigencia y ejemplaridad", pero también con "eficacia".