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Militares de alto rango se unen al levantamiento en Yemen

  • Los carros de combate controlan todos los lugares estratégicos de la capital donde resiste Saleh

Carros de combate del Ejército yemení rodeaban ayer el palacio presidencial de Sanaa, la capital de Yemen, donde el número dos del Ejército, decenas de oficiales y el gobernador de Adén, la segunda ciudad del país, se unieron a la revuelta contra el régimen del presidente Ali Abdala Saleh.

Los militares tomaron posiciones en lugares estratégicos de la capital, incluidos el palacio presidencial, el banco central y el ministerio de Defensa, pero se ignora aún a quién obedecían estas fuerzas militares.

Al mismo tiempo, una muchedumbre se congregaba en el centro de la capital, desafiando una prohibición de manifestarse, para exigir la salida del presidente Saleh, cada vez más aislado en su propio país.

La ola de abandonos fue imparable: uno de los principales oficiales de las Fuerzas Armadas del país, el general Ali Mohsen al Ahmar, indicó a la prensa que se unía a las protestas contra el régimen.

"Anunciamos que apoyamos y protegemos a los jóvenes que protestan en la Plaza de la Universidad en Sanaa", dijo el general Al Ahmar, comandante de la primera división blindada.

"La crisis es cada vez más complicada y está conduciendo al país al borde de la guerra civil", añadió, en un comunicado divulgado por la cadena Al Jazeera.

También el jefe tribal más importante de Yemen, jeque Sadek al Ahmar, pidió la renuncia del presidente Saleh. "Anuncio en nombre de todos los miembros de mi tribu que me uno a la revolución", señaló Ahmar.

Decenas de oficiales del Ejército yemení, de diferentes rangos, se unieron también a la protesta contra el régimen.

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