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Obama autoriza apoyo encubierto a los rebeldes libios en una orden secreta

  • Los opositores a Gadafi ceden terreno mientras el ministro de Exteriores renuncia en Londres.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, firmó una orden secreta en la que se autoriza el apoyo encubierto del Gobierno de Washington a las fuerzas rebeldes que buscan derrocar al líder libio Muamar el Gadafi, según confirmaron fuentes del Gobierno.

Washington y sus aliados aún tienen muchas dudas acerca de la identidad y liderazgo de las fuerzas anti Gadafi, por lo que se ha hecho necesario proceder con la máxima cautela para recabar toda la información posible y analizarla.

Obama firmó una de las resoluciones conocidas como finding en las últimas dos o tres semanas, de acuerdo con cuatro fuentes cercanas citadas por la agencia Reuters.

Estas órdenes son la principal forma en la que la Casa Blanca autoriza las misiones secretas de su agencia de inteligencia, la CIA. Expertos familiarizados con los procedimientos de la agencia aseguraron que estas órdenes están habitualmente diseñadas para permitir una serie de posibles acciones en pos de un objetivo secreto y particular. Para que las operaciones se lleven a cabo necesitan, además, las autorizaciones sucesivas del Gobierno para movimientos concretos.

En el seno de la coalición internacional han surgido diferencias en torno a la posibilidad de abastecer de armas a los rebeldes, que el martes solicitaron esta medida durante la conferencia que tuvo lugar en Londres.

El primer ministro británico, David Cameron, dejó ayer la puerta abierta a una posible entrega de armas a los insurgentes. "No lo descartamos (entregar armas), pero aún no tomamos la decisión", dijo el premier británico. El Gobierno del Reino Unido expulsó además a cinco diplomáticos libios ante el miedo de que suponga una "amenaza" para la seguridad nacional.

El Gobierno de Italia, por su parte, ratificó su negativa a entregar armas a los opositores a Gadafi. También Rusia rechazó esta medida, aunque por primera vez pidió un cambio de liderazgo en Libia. "Está claro que debe haber otro liderazgo, uno democrático", dijo el ministro de Asuntos Exteriores del Kremlin, Sergei Lavrov, quien puntualizó que deben ser los libios quienes decidan ese cambio, sin intromisiones desde el exterior. Y desde la Liga Árabe, uno de sus funcionarios de alto rango, Hesham Youssef, rechazó que la resolución 1.973 respalde la entrega de armas a la oposición libia. "Nuestro objetivo es proteger a los civiles, no inmiscuirnos en asuntos internos libios", apuntó.

Por su parte, el presidente chino, Hu Jintao, criticó la intervención militar internacional en Libia. "Si las acciones militares llevan el desastre a los civiles y causan una crisis humanitaria, entonces éstas van contra el propósito de la resolución de Naciones Unidas", dijo.

Por otro lado, el ministro de Relaciones Exteriores libio, Mussa Kussa, anunció su dimisión anoche a su llegada a Londres, afirmó el Foreign Office. Precisamente Kussa se había reunido con funcionarios del Gobierno francés en la isla tunecina de Djerba, según supo ayer la agencia Dpa a partir de fuentes del Gobierno tunecino.

Mientras los opositores a Gadafi perdieron los enclaves de Brega, rico en petróleo, y Ras Lanuf, que cuenta con importantes refinerías de crudo, según informaron medios de comunicación. En Ajdabiya, a 80 kilómetros al este de Brega, los civiles comenzaron a abandonar la ciudad con sus pertenencias.

La OTAN asumió ayer por su parte de forma oficial el control de todas las operaciones militares internacionales en Libia.

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