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Obama ofrece a los musulmanes "un nuevo comienzo" basado en el respeto mutuo

  • El presidente estadounidense cree que el conflicto en Oriente Próximo sólo tiene como solución posible la coexistencia de un Estado israelí y otro palestino.

El presidente de EEUU, Barack Obama, ofreció un "nuevo comienzo" en las relaciones entre EEUU y el mundo musulmán, basado en los intereses y el respeto mutuos, en su esperado discurso a los creyentes islámicos desde El Cairo. El discurso en el auditorio de la Universidad de El Cairo, de casi una hora de duración y uno de los más largos pronunciados por el presidente en su mandato, estuvo cargado de contenido, en el que Obama repasó las distintas áreas de tensión entre su país y los musulmanes, pero en el que el hilo principal fue la necesidad de "acabar este ciclo de sospecha y discordia".

Más que exponer nuevas propuestas, Obama se concentró en explicar su política hacia el mundo musulmán a una audiencia que llenaba el recinto, que interrumpió al presidente en numerosas ocasiones y le despidió con gritos de "Obama, Obama". No siempre fue un mensaje fácil. Su llamamiento en defensa de los judíos o del derecho de Israel a existir fue acogido con silencio en la sala, que sin embargo aplaudió con entusiasmo su mensaje en contra de los asentamientos israelíes o en favor de los derechos humanos.

"En tanto nuestra relación venga definida por nuestras diferencias, estamos potenciando a los que cultivan el odio en lugar de la paz, y a quienes promueven el conflicto en vez de la cooperación", destacó el mandatario ante una audiencia que representaba un panorama de la sociedad política, cultural y económica cairota y entre la que se encontraban personajes como el opositor Ayman Nur.

EEUU y el Islam "no necesitan competir", sino que comparten principios como la justicia o la tolerancia, afirmó el presidente, que aludió a sus propias experiencias del Islam como un niño criado en Indonesia o a la aportación de la cultura musulmana en Estados Unidos. Instó a los musulmanes a superar sus prejuicios contra EEUU y enumeró una serie de áreas donde se han producido desencuentros, desde Iraq y Afganistán al conflicto israelo-palestino o los derechos humanos.

El presidente estadounidense dedicó una amplia sección de su discurso al conflicto en Oriente Próximo, que según aseguró sólo tiene como solución posible la coexistencia de un Estado israelí y otro palestino. Obama se mostró muy contundente en este sentido y recordó que los palestinos tienen la obligación de poner fin a la violencia y los israelíes, de mejorar las condiciones de vida de sus vecinos y poner fin a los asentamientos.

El presidente estadounidense también recordó su compromiso de retirar a las tropas estadounidenses para 2011 de Iraq y su nueva estrategia para Afganistán, donde aseguró que su intención no es mantener tropas eternamente.

Pero al tiempo que exponía su visión sobre estas áreas, el presidente estadounidense instó a los musulmanes a rechazar la violencia extremista y aseguró que EEUU hará cuanto sea necesario para confrontar "sin descanso a los extremistas violentos que representen una amenaza grave a nuestra seguridad".

Obama afirmó que hará frente al extremismo de modo "respetuoso de la soberanía de las naciones y el Estado de Derecho", y en colaboración con las comunidades musulmanas que también se vean amenazadas. "Lo antes que los extremistas queden aislados y faltos de acogida en las comunidades musulmanas, lo antes que todos nosotros estaremos seguros", afirmó el presidente estadounidense.

El presidente estadounidense también lanzó un llamamiento a Irán para aceptar su oferta de un nuevo comienzo sin precondiciones, en el que la República Islámica debe cumplir sus compromisos internacionales sobre su programa nuclear para evitar una escalada de armamento en la zona. Lanzó también un llamamiento a los países musulmanes a un mayor respeto de los derechos humanos y, en concreto, los derechos de la mujer.

El presidente concluyó su alocución con sendas citas de la Biblia, el Corán y la Torah judía para lanzar un llamamiento a la armonía entre religiones. Este discurso del mandatario estadounidense estaba dirigido a la comunidad musulmana mundial, de más de 1.500 millones de personas. Para alcanzar la mayor audiencia posible, la Casa Blanca difundió la alocución por internet y a través de las redes sociales, mientras el Departamento de Estado lo traducía a trece idiomas distintos y creaba una página especial en la web para recibir alertas de texto en tiempo real en cuatro idiomas, el inglés, el árabe, el urdu y el farsi.

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