La disputa entre chiíes y suníes se recrudece
La ejecución del clérigo chií opositor Nimr Baqir al Nimr por las autoridades de Riad ha provocado un aumento la tensión entre Arabia Saudí, por un lado, e Irán y los chiíes de Oriente Medio por otro, que ya se enfrentan en varios conflictos en la región.
En Iraq, varios jeques, gobernantes y líderes de colectivos chiíes condenaron la ejecución de Al Nimr, entre ellos, la máxima autoridad chií del país, Ali al Sistani, que la calificó de "injusticia y agresión". Asimismo, el primer ministro iraquí, Haidar al Abadi, señaló en un comunicado que recibió con "todo pesar y gran sorpresa" la ejecución del clérigo chií. Además, precisó que los Derechos Humanos garantizan la opinión y la oposición pacífica, que a su vez están protegidas por la sharía (ley islámica) y los reglamentos internacionales. Por ello, según Al Abadi, violar esos derechos "tendrá una influencia en la seguridad, la estabilidad y la cohesión social de los pueblos de la región.
El grupo chií Asaib Ahl al Haq (Liga de los Justos) pidió a las autoridades iraquíes que ejecuten a los condenados saudíes y extranjeros por terrorismo en el país, en respuesta a lo sufrido por Al Nimr.
En Yemen, el movimiento rebelde chií de los hutíes, contra el que Arabia Saudí interviene militarmente en el país, se sumó a las condenas y tildó la actuación de Riad de "crimen atroz". El Consejo Político de los hutíes, órgano ejecutivo del grupo, dijo que la ejecución "se produce en el contexto de las tendencias y políticas imprudentes en la zona". Este nuevo suceso puede aumentar la intensidad del conflicto en Yemen, donde una coalición árabe-suní liderada por Arabia Saudí bombardea a los hutíes, supuestamente apoyados por el régimen chií de Teherán.
En el Líbano, el líder del grupo chií libanés Hizbulá, Hasán Nasralá, acusó hoy a Riad de haber desvelado su "verdadera cara despótica, criminal, terrorista y takfirí (suní radical)", tras la ejecución de Al Nimr. "Es un crimen grave cometido por la familia de los Saud (reinantes en Arabia Saudí) y tendrá repercusiones en el mundo y más allá".
En Bahréin, cuya población es mayoritariamente chií pero está gobernado con mano de hierro por una monarquía suní, se registraron ayer nuevos enfrentamientos entre manifestantes y las fuerzas de seguridad.
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