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El presidente de Polonia da por rotos los acuerdos con Bruselas sobre la reforma judicial

  • Duda asegura que los magistrados "simplemente quieren poder"

  • El primer ministro polaco critica la política energética de Alemania y la empresarial de Francia

El primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, y el presidente francés, Emmanuel Macron, durante su encuentro en París.

El primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, y el presidente francés, Emmanuel Macron, durante su encuentro en París. / Mohamed Badra (Efe)

El presidente polaco, Andrzej Duda, afirmó este lunes que "los acuerdos con la Comisión Europea se han roto" y que los jueces "simplemente quieren poder", tras la apelación elevada por asociaciones judiciales europeas contra la aprobación del Plan de Recuperación económico polaco.

Según Duda, "resulta que la palabra dada no le importa a la Comisión, a sus representantes ni a algunos políticos de las instituciones europeas. Ésta es, por desgracia, una política brutal".

El presidente polaco reaccionó así a la noticia de que cuatro asociaciones europeas de jueces apelaron la decisión del Ejecutivo comunitario de aprobar la reforma judicial presentada por Polonia en junio.

El presidente polaco dijo que las organizaciones judiciales que piden a la Comisión que no apruebe los cambios polacos "deberían hacer sonar la alarma en otros países europeos. Como pueden ver, los círculos judiciales simplemente quieren poder", concluyó.

Duda también arremetió contra los medios de comunicación y calificó de "muy particular el modo en que los medios, que son -digamos- más pro oposición, escriben sobre este asunto".

La aprobación del plan, que puede suponer la entrega de hasta 35.400 millones de euros a Polonia en fondos europeos, estaba sujeta a los cambios en el Poder Judicial polaco exigidos por Bruselas para garantizar la independencia de los jueces en Polonia y, entre otras medidas, eliminar la polémica Sala Disciplinaria judicial.

Duda confeccionó una enmienda legal que sustituyó ese organismo por otro con poderes equivalentes, lo que según expertos en Derecho es un cambio insuficiente, y además no se ha restituido aún en sus cargos a los magistrados suspendidos por la Sala Disciplinaria, lo que era una de las condiciones de Europa para aprobar la reforma polaca.

"Yo mismo preparé la ley de cambios en el Tribunal Supremo polaco, en la línea de las expectativas del Tribunal de Justicia de la Unión Europea. Pero como pueden ver, a pesar de todos los acuerdos, a pesar de mis conversaciones, estos acuerdos se han roto", enfatizó el presidente polaco, en alusión a los encuentros mantenidos en los últimos meses con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.

Por otro lado, el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, criticó este lunes en París la política energética de Alemania -dependiente durante años del "gas barato de Rusia"- y la empresarial de Francia, por haber apostado por el mercado ruso.

Invitado a un encuentro de emprendedores organizado por la patronal francesa, Morawiecki apuntó que "la prosperidad y seguridad europea" están en riesgo por "culpa de la dependencia" del gas ruso, cuya distribución no está garantizada este invierno por las represalias del presidente ruso, Vladimir Putin, debido a la guerra en Ucrania.

El jefe del Gobierno polaco, que ha tenido varios embates en los últimos meses con Berlín y París, pronunció un discurso conciliador con el proyecto europeo, aunque no se privó de criticar algunas opciones políticas y empresariales de las dos potencias de la UE. "Durante mucho tiempo, el gas barato ruso ha sido el valor más importante para muchos países, no para Francia, pero para varios de nuestros vecinos. El precio real del gas es la espada que cuelga sobre Ucrania", aseveró el dirigente del partido ultranacionalista Ley y Justicia (PIS).

Morawiecki, cuyo país tiene una firme oposición a Rusia también por razones históricas, aprovechó entonces para atacar la política energética alemana: "Si se hubiese seguido lo que Alemania quería, el Nordstream 1, e incluso el 2 (gasoductos desde Rusia) estarían ya instalados y encima habría cerrado sus plantas nucleares".

Esa dependencia en el gas ruso que Putin usa "como chantaje" a la UE -prosiguió- es también preocupante en la esfera empresarial.

"Es cada más evidente que el eje de expansión de los negocios de las empresas francesas en los últimos años no han cumplido con las expectativas", lanzó el dirigente polaco, dejando una crítica velada a las grandes inversiones realizadas por multinacionales galas en suelo ruso.

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