Lo anecdótico y lo esencial en el amor

El amor es extraño. Drama romántico, EEUU, 2014, 94 min. Dirección: Ira Sachs. Intérpretes: John Lithgow, Alfred Molina, Marisa Tomei, Darren Burrows, Charlie Tahan, Cheyenne Jackson, Tatyana Zbirovskaya, Jason Stuart.

2011. Se ha legalizado el matrimonio homosexual en Nueva York. Ben y George, una pareja gay más que madura que lleva casi cuatro décadas conviviendo, decide casarse. Y de pronto las cosas se ponen difíciles. No es lo mismo ser pareja de hecho que de derecho. No es lo mismo llevar el asunto con discreción y sin papeles que legalizarla y celebrarla. El trabajo, a la porra. El piso, perdido. La pareja, dividida. La vida diaria, complicada al tener que compartirse con los amigos que acogen a uno y los familiares que acogen a otro.

Esta buena comedia sentimental tiene el mérito de combinar su crítica a los prejuicios homófobos con un tratamiento por así decir universal o sin género de los sentimientos de la pareja. Los problemas son los propios de quienes son víctimas de muy concretos prejuicios. Pero sus sentimientos son los de cualquier pareja -sea homosexual o heterosexual- que ve obstaculizado su amor y deshacerse su vida cotidiana. Una pareja a la que, eso sí, se le suman estos problemas a las trampas que la vida y el tiempo ponen a una tan larga convivencia y a ese difícil momento en el que la madurez empieza a parecerse demasiado a la vejez.

Muy neoyorquina y alleniana, esta comedia sentimental muestra a un Ira Sachs contenido y elegante, clásico en sus maneras cinematográficas, que insiste en la temática homosexual, como ya hizo en The Delta y Keep the Litghts On, pero esta vez con un tono distinto por situarse en un entorno más burgués y por tratarse de una pareja más madura en todos los sentidos. Hay más humor, más ternura, más calma y menos rabia. También una mucho mayor elegancia. Pero lo importante en esta película no es el director, sino sus intérpretes. Como si fuera un artesano del cine clásico Ira Sachs crea un estuche transparente, o dispone un escenario sin artificio, para se crezcan las extraordinarias interpretaciones de John Lithgow y Alfred Molina: ellos, ofreciendo un espectáculo de talento interpretativo memorable, convierten en muy buena esta buena película.