Bombero de mi cuerpo
Fuego fatuo | Crítica

Fuego fatuo
** 'Fuego fatuo'. Comedia musical, Portugal-Francia, 2022, 67 min. Dirección: João Pedro Rodrigues. Guion: Paulo Lopes, João Rui Guerra da Mata, J. P. Rodrigues. Fotografía: Rui Poças. Música: P. Bragança, Oceano Cruz. Intérpretes: Mauro Costa, André Cabral, Joel Branco, Anabela Moreira, Margarida Vila-Nova.
Fantasía musical, distopía retromonárquica, romance interracial o divertimento ecoqueer, de todo eso hablan los textos promocionales que acompañan la interpretación correcta de este Fuego fatuo que nos trae a un Rodrigues acomodado a los tiempos y a las audiencias festivaleras o sectoriales alejado ya de los misterios, roces, formas e hibridaciones de sus películas más interesantes (Morrer como un homem, La última vez que vi Macau).
Lo explícito-protésico (que ni siquiera parece ya provocador) ocupa el primer plano de un filme breve y auto-reflexivo narrado desde el futuro que coquetea con la idea de una Portugal monárquica en la que los estertores de su príncipe heredero son el punto de retorno a un pasado de iniciación homoerótica que se parece a este presente pospandémico observado por el filtro de la Gran Pintura (de Caravaggio a Bacon), los calendarios fotográficos, la performance coreográfico-musical o las canciones infantiles.
El conjunto, que saca alguna sonrisa (cómplice) en su tono sarcástico contra toda autoridad, pomposidad, orden y realidad política e histórica en la Portugal (y la Europa) poscolonial, se resiente empero de su carácter fragmentario y episódico estirado hasta esa duración y ese formato mínimos que permitan entrar en los concursos y el palmarés.
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