Afiches conceptuales en la Alianza Francesa
BLEU, blanc, rouge-et jaune: Cartelería polaca para cine hispano-francés. El amante de la cartelería ha de peregrinar obligatoriamente estos días a la Alianza Francesa (calle Beatas, 36), dada la importancia de la Escuela Polaca en la dimensión conceptual del formato y, por lo tanto, en su historia: debido a la correa de transmisión que supusieron las vanguardias en entreguerras, su cenit entre los años cincuenta y setenta, o la evidente deuda estética soviética. Artistas gráficos, diseñadores y entregados a la causa tipográfica quedarán fascinados por el trabajo de autores como Borowczyk, Tomaszewski o Wasilewski, entre otros muchos. Se quedarán un buen rato observando la esquina de Luis Buñuel, que cuenta con ejemplos de distintas épocas y dan fe de la evolución cartelística, tan divinamente colocada en el límite entre las artes visuales 'académicas' y el pragmatismo del diseño gráfico. Aquí están sendas interpretaciones de Le fantôme de la liberté (1974): una realizada por Jerzy Czerniawski en 1976, y otra por Andrzej Klimowski en 1981. La de este último, discretamente conectada con el trabajo que Franciszek Starowieyski hizo para Le charme discret de la bourgeoisie en el año 75, de un surrealismo manifiestamente bondage, en el caso del cartel ochentero. Los colores planos son predominantes; las tipografías, cuidadas (véase El verdugo de García Berlanga, en la versión de Maciej Hibner de 1967; una de las piezas más destacables de la selección hispana en la muestra, donde están representados cineastas como Bardem, Pedro Olea, Mario Camus e incluso el Almodóvar de La mala educación, con la visión cartelista de Slawa Haraysmowicz, que sigue el magisterio de los eslavos occidentales). Si bien la carga simbólica es fuerte, también -no hay más que contemplar la corona de espinas en el afiche de Viridiana, pieza firmada por Czerniawski en 1963-. La exposición se abre con bellezas como el póster de La Femme flic, película dirigida por Yves Boisset en 1979 (Wasilewski acierta con una sencillez aplastante, siguiendo la máxima del buen diseño: menos suele ser más). Y continúa, en la siguiente sala, con la Samotracia alada y sensual de Romuald Socha que anuncia L'histoire d'Adèle H; cinta que Truffaut estrenó en 1975 con Isabelle Adjani como protagonista. Puede verse la obra de Jan Lenica, uno de los padres de esta corriente: el Ascensor para el cadalso (1958) que musicó Miles Davis (o el estreno cinematográfico en solitario de un tal Louis Malle, según se mire).
Compuesta por cesiones del coleccionista Krysztof Dydo (fundador, en 1985, de The Cracow Polish Poster Gallery), la exposición permanecerá abierta hasta el domingo que viene, 26 de abril.
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