música clásica

Alma de violonchelo

  • Agogique es un nuevo sello discográfico que se inaugura con un trabajo en formato libro-disco en torno a los primeros pasos de este instrumento

En medio del marasmo tecnológico e intelectual en el que se mueve la industria fonográfica, la producción de registros de música clásica sigue viviendo, por cantidad, calidad y diversidad de las propuestas, uno de los mejores momentos de su historia. A los discos y las colecciones más o menos convencionales se vienen sumando desde hace ya bastante una extraordinaria diversidad de ofertas que buscan incentivar el consumo mediante la adición de otro tipo de material al puramente sonoro. Surge así Agogique como un sello que en su primer lanzamiento se presenta en formato libro-disco, pues la carpetilla informativa es muy especial, ya que recoge, aparte unas notas detalladas pero más o menos típicas, un muy atractivo reportaje fotográfico en torno al violonchelo.

Bruno Cocset y su conjunto Les Basses Réunies se acercan al origen del instrumento, o por concretar algo más al momento en que el violonchelo surgió como voz solista claramente definida y distinta, que es algo que ocurrió en Bolonia a finales del siglo XVII. Es Domenico Gabrielli, considerado el primer gran virtuoso del instrumento, quien, en sus Ricercare per violoncello solo, publicados en torno a 1689, le dedica una entera colección de piezas en el estilo característico de la época, esto es, obras cercanas a la fantasía o la canzona, sin esquemas formales fijos, que presuponía una gran libertad improvisatoria. Cocset añade además tres sonatas con continuo en las que se anuncia ya la forma de la sonata da chiesa en cuatro movimientos (lento-rápido-lento-rápido) que por aquellos años se estaba consolidando en la obra de Corelli y otros maestros.

Aunque Gabrielli es el centro del repertorio de este trabajo, se incluye también música de otros compositores boloñeses, variaciones sobre ostinati debidos a Giovanni Battista Vitali, que fue su maestro, y sonatas de Giuseppe Jacchini, que fue su discípulo y sucesor en la capilla de la Basílica de San Petronio. Se completa el CD con un ricercar de Giovanni Battista Degli Antonio, otro antecesor de Gabrielli en San Petronio, que había publicado en 1687 una colección que durante un tiempo se pensó también destinada para el violonchelo solo, aunque hoy se cree que las piezas debieron ser concebidas en forma de dúos.

Bruno Cocset utiliza siete modelos diferentes de violonchelo, copias de instrumentos de la época realizados en el taller de Charles Riché entre 2000 y 2009, cuyo proceso de fabricación es el recogido en el muy interesante reportaje fotográfico anexo que da a la publicación de Agogique toda su singularidad. Por supuesto, la presentación externa valdría poca cosa si no se contara con una música de extraordinaria capacidad de sugestión, original y llena de sorpresas, y con unas interpretaciones excepcionales, en las que Cocset pone toda su alma, mostrándose como un virtuoso de exquisita sensibilidad, tanto en solitario como con el acompañamiento de un continuo de sinuosa y elegante flexibilidad.

Les Basses Réunies. Bruno Cocset Agogique (CD + Libro) (Harmonia Mundi)

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