Cultura

Álvaro Carrero prepara una comedia fúnebre para el Alameda

  • Ignacio Nacho, Virginia Muñoz, Salva Reina y Natalia Roig protagonizan 'En ocasiones veo a Umberto' a partir del 28 de octubre

La apuesta del Teatro Alameda por la producción propia, comedia mediante, ha tenido en el dúo asentado por Álvaro Carrero e Ignacio Nacho un aliado fundamental que ha quedado refrendado por el beneplácito del público. Ambos actores se pusieron hace tres años a las órdenes de Juan José Afonso para La cena de los idiotas de Francis Veber después de que el mismo director alcanzara un notable éxito con otro montaje de la misma pieza protagonizado por Josema Yuste; y el envite salió también que al año siguiente Carrero y Nacho decidieron hacer lo propio con otra comedia de postín, La extraña pareja de Neil Simon, en una nueva propuesta ya con Ignacio Nacho como director y con Fernando Jiménez, Natalia Roig y Virginia Muñoz, además de los dos figuras, en el reparto. La respuesta sin paliativos del respetable, el boca a boca y la cosecha en taquilla demostraron al Teatro Alameda que la senda emprendida era la correcta, así que correspondía esperar nuevos episodios. Y sí, habrá nueva comedia de la mano del tándem y sus aliados habituales en este 2016, pero vendrá con algunas novedades importantes. En lugar de recurrir al repertorio al uso, los artífices pondrán en escena en esta ocasión una comedia de Álvaro Carrero, que también se hará cargo de la dirección: En ocasiones veo a Umberto reunirá en el teatro de la calle Córdoba del 28 de octubre al 13 de noviembre, con categoría de estreno absoluto, un reparto más que atractivo para el público malagueño, con el propio Ignacio Nacho, Salva Reina y las ya citadas Virginia Muñoz y Natalia Roig. Sucede además que Ignacio Nacho (quien recientemente concluyó el rodaje de su película El intercambio, protagonizada por Pepón Nieto, Hugo Silva y Rossy de Palma), estrenará en el Teatro Echegaray justo un mes antes, el 28 de septiembre, su obra Los puercos, primer proyecto de Factoría Echegaray, de cuya dirección se encarga igualmente. Así que difícilmente se podría reunir una mayor dosis de talento en tan pocas cabezas.

En En ocasiones veo a Umberto se dan cita dos amigas, una quiniela millonaria, un marido difunto y un caradura que asegura ser capaz de establecer contacto con el más allá. El fallecido cobra un protagonismo inesperado, lo que añade un matiz fúnebre a un trabajo que rinde homenaje a la comedia de enredo hasta llevársela a un terreno bien particular. Desde el equipo artístico señalaron que la obra de Carrero presenta un matiz más oscuro que las predecesoras, pero el público, tal y como señala la promoción pertinente, tan sólo debe sentarse en el patio de butacas a esperar verse desparramado en carcajadas. Mención aparte merece el empeño de Álvaro Carrero, Ignacio Nacho y los suyos por ganar nuevos espectadores a la causa, un esfuerzo que cristaliza con especial visibilidad en el Teatro Alameda. Y lo que habrá que celebrar todavía.

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