"Después de muchos meses, demasiados, volvemos al ritual del teatro", comenta Antonio Banderas, nervioso, dice, y tras interpretar ante los periodistas la obertura de su próximo reto. Aunque la actividad no ha parado en estos meses y se ha puesto en marcha la división de televisión, el escenario ha acogido a cuatro compañías y se ha creado una orquesta sinfónica, entre otras muchas experiencias, Company supone el regreso al motivo principal marcado en sus inicios por el Teatro del Soho. 

"Esta es la primera producción fuerte con la que nos arriesgamos a salir ya y a seguir el camino que iniciamos el 15 de noviembre de 2019", agrega Banderas. Y explica el por qué de la elección de esta obra de Stephen Sondheim. "Quería atacar el mundo de los musicales con piezas que fueran referencias del género, pero que no son musicales que las grandes multinacionales se plantean montar en Europa", dice el actor y director de Company.

"Es un musical culto, escrito por una de las grandes leyendas vivas de Broadway, complejo, sin una narrativa tradicional, se mueve con sketches y con un personaje central que deambula, que tiene tribulaciones, reflexiones sobre su vida y el compromiso que adquiere con su círculo", agrega Banderas. 

También apunta que el propio Sondheim les ha dado "permiso para hacer una revisión del texto, ya que había cosas que funcionaban de manera directa en los años 70 y ahora no". "Es un espectáculo curioso, original, enigmático de alguna forma, hay una serie de elementos que lo hacen muy atractivo, por momentos nos va a hacer reír y por momentos nos permitirá emocionarnos y siempre nos va a abrir a una reflexión", considera el malagueño. 

Los actores en el primer número del espectáculo.

Él propio Banderas será ese personaje central, Robert o Bob, un soltero mujeriego que cumple 50 años y que está rodeado de parejas de amigos con mucho que decir sobre las relaciones humanas. Para poder acometer este proyecto, ha despejado su agenda durante los próximos cinco meses.

Junto al malagueño, una compañía "inmejorable" con figuras de primer nivel. "No se ha unido nunca un elenco como este y quizás no lo vuelva a hacer, es un placer enorme", agrega. Las actrices Marta Ribera, María Adanuz, Lorena Calero, Lydia Fairén, Dulcinea Juárez, Silvia Luchetti, Anna Moliner y Julia Möller comparten escenario con los actores Roger Berruezo, Albert Bolea, Paco Morales, Carlos Seguí y Rubén Yuste. Todos ellos, intérpretes curtidos en el terreno del teatro musical. 

Con una escenografía más efectista que la utilizada en A Chorus Line, protagonizada por vistas de Manhattan y con los 26 músicos muy presentes en la propia propuesta, no deja de ser "teatro muy puro y muy simple".

Banderas es Robert o Bob, el personaje central.

Arturo Díez-Boscovich, el director musical, destaca lo "valioso" de la partitura pero también lo que envuelve todo el espectáculo. "En los años 70 muchos musicales eran productos para entretener, pero con Company Sondheim ahondó en los problemas terrenales que todo el mundo tiene, del día a día, de la pareja, así que se tocan temas muy delicados, es conmovedora y dura a la vez", opina Díez-Boscovich. 

Para el elenco de actores, regresar al escenario con un proyecto como este y de la mano de Antonio Banderas "ha sido como tocarte la Bonoloto, retomar de esta manera después de estar en el dique seco, con estos compañeros tan monumentales en lo profesional y en lo personal, no se puede pedir más", asegura Paco Morales. 

Posado de los actores y actrices con el director musical en el centro, Arturo Díez-Boscovich

Casi un centenar de personas han estado comprometida de alguna manera con el espectáculo, que se estrena el próximo miércoles 17 de noviembre, dos años después del estreno de A Chorus Line, que "está siendo un éxito en Madrid". Ahora lo que esperan con ansias es al público. 

"Estamos que nos estrenamos encima ya, necesitamos al público, tenemos muchísimas ganas", explica, divertida, Dulcinea Juárez. Y valora la "disciplina, el rigor, la humildad y, sobre todo, la pasión con la que trabaja Antonio Banderas. Esa ilusión y energía de "niño chico" es la que ha vertebrado la nueva propuesta que espera servir para consolidar un teatro y una programación que no gire exclusivamente en torno a su estrella. 

"Uno de mis objetivos fundamentales es que yo no sea fundamental para que este proyecto funcione, que el público de Málaga haga suyo este teatro, que se lo crea, que esté pendiente de su programación cada temporada y le de la continuidad cíclica que necesita", concluye el director de Company.