Antonio Banderas: "No me cuesta desmitificarme en absoluto"

El actor malagueño presentó ayer en San Sebastián 'El Gato con Botas'

Banderas, ayer, con sus botas en San Sebastián.
Elena Box (Dpa) / San Sebastián

25 de septiembre 2011 - 05:00

Después de explorar el lado más oscuro del alma de la mano de Pedro Almodóvar, Antonio Banderas luce encanto y garra en El Gato con Botas, la precuela de la saga Shrek en la que el carismático felino se convierte en protagonista. Con su habitual simpatía, Banderas presentó ayer en el Festival de San Sebastián un avance del nuevo trabajo de animación de DreamWorks, que se estrenará el próximo 25 de noviembre en tres dimensiones. Y es que el actor español afincado en Estados Unidos es, desde hace ya diez años, voz y modelo del simpático personaje.

"La posibilidad que me dieron de reírme de mí mismo es fantástica", contó ayer Banderas (Málaga, 1960) en una entrevista con un pequeño grupo de medios. "En esta profesión todo es pasajero, puedes hacer una auténtica mierda y caer en el lodo, así que después de tantos años he aprendido a mirar hacia atrás y reírme. Ya no tengo esa ansiedad". El Gato con Botas es la historia de este espadachín, amante y forajido felino antes de encontrarse con el ogro Shrek, y en sus aventuras lo acompañan esta vez la dura gatita Kitty Zarpas Suaves (Salma Hayek) y el huevo Humpty Dumpty (Zach Galifianakis).

En el filme, Banderas no sólo da voz al protagonista en la versión inglesa, italiana, española y latinoamericana, sino que es la propia inspiración del mismo: una mezcla del Antonio más flamenco con el cliché de bandido y latin lover de sus papeles en La máscara del Zorro y Desperado. Y él está encantado de mirarse en ese espejo. "No me importa desmitificarme en absoluto".

Para el actor que se dio a conocer en Hollywood con Philadelphia, el cine de animación ha experimentado un gran salto abriéndose a un público adulto con numerosos guiños que pasan desapercibidos entre los más pequeños. Y en este sentido, "Shrek fue toda una revolución", afirma. "Disney tenía una forma muy específica de trabajar", pero "la renovación de la compañía, unida al nacimiento de Pixar y el desarrollo de las nuevas tecnologías, hicieron posible el cambio". Ahora, historias como la de Shrek 3 toman "todos los cuentos de hadas para reírse de ellos". Y eso antes era impensable.

Insistiendo en que "hacer reír es un lujo", Banderas se identifica con "aquellos cómicos del siglo XIX que iban de pueblo en pueblo", y si tuviera que elegir una secuencia de la historia del cine, sería la escena final de Ocho y medio de Federico Fellini: "Yo también me veo un poco así, bailando de la mano dando vueltas a esa especie de circo", dice elevando los brazos mientras tararea la música. Y de la mano de su esposa, Melanie Griffith, ha recorrido también los últimos 17 años de los 30 que suma ya su carrera cinematográfica. ¿Cómo se logra ser una de las parejas más estables de Hollywood? "Bueno, es simple y complicado al mismo tiempo: nos queremos", responde. "Decidimos no quedarnos colgados en este principio de la relación", porque a quienes lo hacen "luego se les acaba la parte rosa y tienen que empezar de nuevo".

Respecto a la crisis económica internacional y cómo afecta al mundo del cine, sostiene que "no se puede abandonar el barco". "Nosotros contamos historias y debemos seguir haciéndolo". Y en este sentido, él también está trabajando desde el lado de su productora, Green Moon. "No tenemos dinero pero a cambio le ponemos mucho amor", dice sonriendo.

De todas formas, "como decimos en Málaga, el talegazo aún no nos ha llegado", afirma convencido de que lo más duro de la crisis está por venir. "Creo que estamos al final de algo, el problema es que no sabemos dónde está el principio, no sabemos dónde ir. Y eso asusta más que la situación actual, porque lo que falta son perspectivas." Así, "en España la crisis se llama Zapatero, en Reino Unido Cameron, en Estados Unidos Obama, en Grecia Papandreu... Pero ¿quién pone los nombres? La oposición. Y los ponen porque no se dan cuenta de que cuando lleguen al poder será su nombre el sinónimo de crisis."

Por eso ahora ha germinado un grito que encarnan los indignados del movimiento 15-M y que dice "nos hemos dado cuenta de que nos gobierna alguien a quien no hemos votado, llamémoslo lobbies o agencias de calificación", señala. ¿Y la solución? se pregunta. "¿Es alguien como (Hugo) Chávez que diga 'voy a nacionalizar los bancos y ponerlos de rodillas'? No, no sé si esa es la solución. Tenemos un gran problema."

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