El proyecto teatral que Antonio Banderas quería poner en marcha en su ciudad natal ya tiene nombres y apellidos: el Teatro Alameda. Así lo anunció ayer el propio actor en un comunicado publicado en las redes sociales: "He de anunciar con satisfacción que he llegado a un acuerdo con los hermanos Jesús y Carlos Sánchez Ramade, dueños del conocido Teatro Alameda de Málaga, por el que se me permitirá el uso del mismo como lugar escogido para llevar a cabo un proyecto teatral con el que he venido soñando desde hace ya demasiado tiempo. El acuerdo se establece por un periodo duradero que permita afianzar un proyecto teatral sólido y atractivo que arraigue en la ciudad, y se incorpore de forma decidida al movimiento cultural que se lleva experimentando en los últimos años. He de constatar el espíritu de colaboración y buena voluntad para cerrar este acuerdo por parte de los actuales propietarios de este espacio, con los que también contaremos para recibir de ellos la experiencia y el buen hacer demostrado en los muchos años que llevan desarrollando su labor como empresarios teatrales". Aunque los rumores apuntaban a una adquisición, finalmente el actor confirmó así que el acuerdo se concreta en una colaboración por la que dispondrá del Alameda para su largamente acariciado proyecto.

"Ahora hay que ponerse a trabajar para unir todas las piezas que nos permitan llevar este proyecto a buen puerto. Lo haré, como he repetido en varias ocasiones en los últimos meses, desde el ámbito privado, y en mi caso concreto sin ningún ánimo de lucro. A medida que se vayan añadiendo piezas a este puzzle, que debemos encajar con paciencia y habilidad, iremos informando puntualmente de ello. Abrazos de un boquerón contento". Así concluía Banderas su nota, poco después de que fuentes cercanas al actor confirmaran a este periódico que el actor se encontraba ultimando una negociación con el Teatro Alameda para su iniciativa.

Ahora podré llevar a cabo un proyecto con el que he venido soñando desde hace demasiado"El actor quiere combinar una programación diversa con la formación de jóvenes artistas

Hace dos semanas Banderas apuntó en Madrid que se desplazaría a Málaga en los días siguientes para "intentar cerrar un acuerdo" respecto a su proyecto escénico, que en un principio barajó para el cine Astoria de la mano del arquitecto José Seguí y Starlite y del que, tras ganar el concurso público convocado por el Ayuntamiento, decidió apearse para pasar a trabajar únicamente con financiación privada para alumbrar un proyecto que pasaba por una sala para la exhibición de teatro comercial, otra para teatro alternativo y algunas aulas educativas. Los interlocutores a los que se refería Banderas entonces eran los responsables del propio Teatro Alameda, quienes, consultados por Málaga Hoy hace también dos semanas, insistieron en que "no había ningún tipo de acuerdo" con Banderas pero no descartaban que pudiera haberlo "en un futuro". Al mismo tiempo, desde el entorno del actor apuntaban que había "varias posibilidades abiertas" sin que se hubiera concretado ninguna. Al final todo se ha resuelto a gran velocidad: los portavoces del Teatro Alameda explicaron en la tarde de ayer a Málaga Hoy que hacía dos semanas fue un interlocutor, y no el mismo Antonio Banderas, quien les preguntó por su disponibilidad respecto a una negociación "y entonces respondimos que nuestra disponibilidad a negociar era total, si bien habría que considerar la propuesta de Banderas y comprobar si encajaba con nuestro trabajo". Apenas un par de horas después, este periódico volvió a contactar con los portavoces de la familia Sánchez-Ramade, propietaria del Teatro Alameda, y la respuesta fue bien distinta: remitieron a un comunicado que Antonio Banderas haría público "cuanto antes". Y así fue.

De esta forma, y tras su salida del proyecto del Astoria, Banderas parece haber encontrado salida a su empeño en gestionar en Málaga un espacio escénico tal y como deseaba: desde la más absoluta titularidad privada. Se resuelve así un viaje que comenzó hace ya cosa de tres lustros, cuando la Diputación ofreció al actor la posibilidad de gestionar un teatro en el Puerto, opción que el actual presidente de la Autoridad Portuaria, Paulino Plata, volvió a rescatar hace algunos meses. Ya por entonces Banderas se refirió a su intención de traer a Málaga a estrellas de Hollywood con las que comparte amistad para implicarlos en actividades formativas, una opción que ha mantenido abierta desde entonces. Cuando se conoció el fallo del concurso de ideas del Astoria y se conoció la alianza Banderas-Seguí para un centro que, además de recintos escénicos, habría de incluir espacios gastronómicos, la expectación fue absoluta pero las críticas al procedimiento y a la altura del edificio proyectado terminaron con el portazo definitivo de Banderas. Con el Teatro Alameda, emblema de la gestión privada en las artes escénicas desde hace medio siglo, el actor encuentra el camino despejado, pero queda por delante una segura reforma del edificio (que cuenta con una sala principal con una capacidad para unos quinientos espectadores y otras dos de menores dimensiones) para que pueda dar cabida a lo apuntado por quien parece a punto de ser su nuevo mentor.