Antonio de la Torre | Actor

"El odio es antipolítico: hay que superarlo"

  • El malagueño interpreta al ex presidente uruguayo José Mujica durante sus años de prisión en la película 'La noche de doce años', que llega este viernes a las salas de cine

Antonio de la Torre, como José Mujica en 'La noche de doce años'.

Antonio de la Torre, como José Mujica en 'La noche de doce años'. / M. H.

El valor de resistir a la tentación del odio es la mayor lección que Antonio de la Torre se ha llevado de La noche de 12 años, la película que recrea el periodo que el expresidente de Uruguay José Mujica pasó encarcelado y torturado entre 1973 y 1985, durante la dictadura militar de su país. "Pepe se volvió loco y, sufriendo la mayor violencia que se puede sufrir, al salir (de la cárcel) decidieron no hacer lo mismo", señala el actor malagueño (1968) en una entrevista con motivo de la llegada a las salas de cine del filme dirigido por Álvaro Brechner, tras su debut en el pasado Festival de Venecia. En su viaje a las tinieblas, a Mujica le acompañaron Mauricio Rosencof (Chino Darín) y Eleuterio Fernández Huidobro (Alfonso Tort), compañeros de la guerrilla de los Tupamaros que libraron una batalla de resistencia en las circunstancias más extremas.

-Este año ha estrenado dos filmes con tintes políticos, El Reino y La noche de 12 años. ¿Le interesa especialmente este tipo de cine?

-El interés en la política debe ser consustancial a ser adulto. En el momento en que sales a la calle, todo es política: quien ha hecho el pavimento, el colegio al que va el niño, si estás enfermo y vas a un hospital. Me hace gracia la gente que dice "yo paso de la política"; no se me ocurre comentario más carente de adultez. Las películas que más me interesan son las que hablan del mundo en que vivimos.

-¿Cuál es la mayor enseñanza que se ha llevado de este rodaje?

-Que el odio es antipolítico, hay que superar el odio. Ahora que ETA se ha disuelto, veo muy esperanzador cuando las víctimas aceptan reunirse con gente que mató y se arrepiente. La gente que renuncia a vengarse te hace creer que un mundo mejor es posible. Y sé que decir esto es delicado porque entiendo el dolor de las víctimas.

-Pero los protagonistas de este filme tienen un pasado violento.

-Sí, Mujica no niega eso. Le gusta decir que ellos eran "políticos en armas", pero es verdad, llevaron a cabo acciones violentas. Pepe se volvió loco en la cárcel, lo volvieron loco, y lo que el filme cuenta es que, habiendo sufrido la mayor violencia que se puede sufrir, al salir decidieron no hacer lo mismo. Él evolucionó mucho: ahora dice que la violencia es un estado primitivo que va en contra de la civilización.

"Pepe se volvió loco en la cárcel, pero tras sufrir la mayor de las violencias decidió no hacer lo mismo al salir”

-¿Cree que ese periodo en la cárcel es crucial para entender el referente en el que hoy se ha convertido Mujica para la izquierda política global?

-Pepe no es muy dado a hablar de su pasado, no había manera de que nos contara cosas. Cuando le preguntaba cómo sobrevivió, sí que me dijo que se marcaba rutinas y rumiaba su pensamiento político, sus lecturas, dio muchas vueltas a lo que el hombre es en esencia. Se reafirmó en su socialismo, pero la conclusión a la que llegó es que todos los socialismos se han intentado con sociedades culturalmente pobres, y, si haces eso, la democracia se va al pedo.

-En todo caso, la película opta por centrarse más en los aspectos humanos que en la política.

-Sí. Álvaro [Brechner] pensó que al Mujica filósofo y político lo conocemos bien y le interesaba ver al joven, al que viaja a la locura y sobrevive y hace hincapié en la relación con su madre. Cuando Mujica vio la película, me envió un vídeo de agradecimiento muy sentido, pero me decía que no quería volver a verla porque la figura de la madre le removía mucho.

-¿Qué le gustaría que inspirara su trabajo en este filme?

-La memoria histórica es muy importante, la gran batalla de la humanidad consigo misma es construir un relato que le sirva para crecer y avanzar, y espero que la película pueda ser tangencialmente inspiradora en eso, construir un relato para avanzar. Por eso las víctimas del franquismo en España necesitan ser restauradas, aparecer en su condición de víctimas, para poder hablar de lo que pasó y que nunca más vuelva a ocurrir.

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