El Archivo Histórico recupera la memoria del horror de la Guerra Civil

Su reloj se paró cuando marcaba exactamente las cuatro y cuarto. Estaba en su bolsillo, junto a unas cuantas monedas, un mechero de gasolina y una boquilla para fumar. Pertenecían al individuo 124 de la fosa común de Teba. En una zanja de 25 metros de largo por dos de ancho fue enterrado tras su fusilamiento. Y junto a él, 150 personas más acabaron ejecutadas desde el 15 de septiembre de 1936 hasta la fatídica noche del 23 de febrero del 37, cuando recibieron muerte más de 80 vecinos del pequeño municipio. Una exposición en el Archivo Histórico Provincial pretende recuperar el pasado y con él la dignidad de las víctimas y sus familias.

Un centenar de objetos encontrados en fosas comunes de la provincia, documentos, paneles explicativos y fotografías, además de un audiovisual, componen la muestra titulada Memoria Histórica en la provincia de Málaga: Arqueología y Documentos. El delegado provincial de la Junta, José Luis Rodríguez Espejo inauguró ayer la exposición junto a Luis Naranjo, director general de Memoria Democrática de la Junta y la directora del Archivo Provincial, Esther Cruces. La archivera Ana Díaz Sánchez y el arqueólogo Andrés Fernández Martín han sido los comisarios de la muestra que se exhibe hasta el 25 de octubre.

"Sin hechos fehacientes y documentados no puede haber reparación", explicó Cruces. Por eso "en la casa donde nunca se olvida nada" se rindió homenaje a estas personas que fueron víctimas "del genocidio que supuso el acto fundacional del franquismo", según subrayó Luis Naranjo, que defendió como elemento clave de la muestra su esfuerzo divulgativo. "Se trata de un relato de lo que ocurrió en su contexto, se demuestra que había un plan sistemático para erradicar a los partidarios de la República", añadió Naranjo.

En paneles se explican los trabajos realizados en fosas comunes de distintos puntos de la provincia. Rescatados de San Rafael se observan objetos personales como monedas, una cuchara, un dominó hecho con cañas, un peine, una hebilla, botones de tranviarios o una llave, y de otro lugar marcado en este mapa del terror, el municipio de Teba, se exponen un anillo, un crucifijo y casquillos de bala.

Junto a estos efectos, numerosa documentación da cuenta de los trámites que se seguían para justificar las ejecuciones o de las listas que se empezaron a elaborar ya en 1937 por las autoridades del nuevo régimen con los nombres de los "asesinados por los rojos", según la terminología del momento. El Boletín Oficial de la Provincia del 23 de junio de 1937 recogía la orden del gobernador civil de Málaga para que los alcaldes de la provincia remitieran dichas listas.

Una de esas enumeraciones, elaborada en Ronda, añadía una descripción junto a cada nombre, y de uno de los asesinados se decía que era una "persona de inmejorables antecedentes y de ideales derechistas", mientras que de otro se apuntaba que "mantenía discusiones en sitios públicos, criticando la labor de las izquierdas".

La exposición se nutre de fondos del Archivo Provincial y de asociaciones y ayuntamientos como los de Alfarnatejo, Almáchar, Álora, Casabermeja, Periana, Teba, Málaga, Istán y Villanueva del Rosario. "Esta exposición ha sido fruto de la colaboración de instituciones y asociaciones de familiares, sin ese trabajo conjunto no hubiéramos conseguido este tributo a la memoria histórica de la provincia", comentó el delegado José Luis Ruiz Espejo. Esta muestra, como agregó el delegado, "nos ayudará a reponer la injusticia, a saber de dónde venimos y a dónde queremos ir, luchamos para que la memoria histórica salga a la luz y se pueda reparar el daño a la dignidad de tantas personas".

Tantas y tantas víctimas. En el antiguo cementerio de San Rafael de la capital malagueña se ha hallado el mayor conjunto de fosas comunes de España, con más de 4.500 fusilamientos documentados.