Belén Rueda, temido objeto de deseo en 'Los ojos de Julia'
El 'thriller' producido por Guillermo del Toro se estrena el viernes en toda España


A la actriz Belén Rueda, que encara su séptimo papel protagonista en el thriller psicológico Los ojos de Julia, del catalán Guillem Morales, le dan miedo las películas de terror. No le gustan, pero está encantada de que la consideren una musa del género después de triunfar con El Orfanato (2007) de Juan Antonio Bayona. "Guillem tiene muchas características parecidas a otros directores con los que he trabajado, porque todos ellos tienen una misma visión del cine", explicó la actriz . "Una formación visual y técnica muy americana, pero con esa cosa que tiene el cine europeo de contar pequeñas historias y muy profundas, es una mezcla explosiva", resumió.
La actriz, que promocionó ayer en Madrid la película junto al director y sus compañeros de rodaje, lució tipazo a sus 45 años en un ajustadísimo vestido gris, de escote generoso, subida a unos tacones similares a los que lleva en algunas de las escenas más "sexy" de la película y sobre los que corre a grandes zancadas incluso bajo la lluvia. "Es que el director quería que se viera por qué Julia es el objeto de deseo del asesino", se defendió la actriz.
La película cuenta cómo Julia (Belén Rueda), casada con Isaac (Lluís Homar), lucha por demostrar que su hermana gemela, que como ella sufre una enfermedad que las deja ciegas, no se ha suicidado, sino que existe una presencia extraña e invisible (Pau Derqui) que también la acosa a ella.
Con un guión preciso y muy elaborado, Morales emprende su segundo largometraje con la idea de "gustar" al público, de atraparlo y llevarlo a su terreno: "no me siento con la obligación de hacer una película social o con mensaje", dijo y puntualizó que deja esa misión en manos del teatro: "están como más obligados, ¿no?".
Producida por Guillermo del Toro y la catalana Rodar y rodar, Los ojos de Julia cuenta prácticamente con el mismo equipo de El Orfanato. Ni los escenarios ni el vestuario sitúan la acción en un lugar ni en un momento concreto; la estética de la cinta, insiste Morales, no tiene nada de "gótica", sino que recrea algunos videojuegos americanos "transformados" al aire europeo. Interpretar la ceguera, que también Homar experimentó en el cine, les ha abierto a ambos un "universo desconocido": "Prueba a vivir un día sin ver. Es como si te metieras en ti mismo, todos los sentidos se agudizan. En ese primer momento de ponerte las vendas te angustias muchísimo, y luego te crece la impotencia. Es como si empezaras de cero", explicó Rueda.
La película se ha rodado en diez semanas, con un presupuesto de cinco millones de euros, y se estrena este viernes en toda España.
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