Berrocal, año 10
Arte
Se cumple este martes una década de la muerte del artista, gran renovador de la escultura.
Cantaba (es un decir) Lou Reed allá por 1990 en Smalltown, un tema dedicado a Andy Warhol: "Cuando creces en una ciudad pequeña / te dices 'ningún famoso nació aquí' / ¿Dónde nació Picasso? / Ningún Miguel Ángel salió jamás de Pittsburgh". Es posible que, durante su infancia, Miguel Berrocal tuviese las mismas inquietudes en Villanueva de Algaidas, el municipio en el que vino al mundo en 1933. Pero sí, fue en esta localidad del interior de la provincia de Málaga el lugar en el que nació un artista llamado a renovar para siempre el lenguaje escultórico en un siglo en el que parecía condenado a la extinción. Lo hizo a través de sus esculturas transformables, desmontables y a menudo combinatorias, con piezas tan emblemáticas como el Gran Torso y el Homenaje a Piero della Francesca, que significaron su consagración a comienzos de los 60, cuando empezó a exponer en París y Nueva York y su obra pasó a formar parte de la colección del MoMA. Instalado primero entre Roma y París desde 1954 y a partir de 1966 en Verona, de donde regresó a Málaga en 2004, Berrocal entabló amistad, sí, con Andy Warhol (posó para el inspirador de la Factory en 1982, en una sesión de la que salió un retrato del escultor subastado hace un par de años en Londres), ganó la admiración de no pocos de los creadores esenciales del siglo XX y se convirtió en un referente internacional ineludible. Mañana martes, día 31, se cumplen diez años del fallecimiento de Berrocal en Antequera. Fue una muerte inesperada que se llevó al escultor cuando acababa de regresar a su Villanueva de Algaidas, mientras trabajaba en la re-creación de su nuevo taller y la definición de su museo, lleno de proyectos (entre ellos, la escritura de sus memorias) y con la intuición artística intacta. Sirva la efeméride para recordar, evocar, celebrar y reivindicar el legado de un creador único.
El suceso más significativo de todo lo acontecido en estos diez años es una ausencia: la de un espacio donde exhibir la obra de Miguel Berrocal en la provincia de Málaga, tal y como el artista deseó, en las condiciones merecidas. Berrocal trajo su propia colección a Villanueva de Algaidas con la intención de ceder las obras en préstamo al que habría de ser su museo, y tras su temprana muerte su familia creó la Fundación Escultor Berrocal para custodiar el legado. Actualmente, las obras pueden verse repartidas entre en la misma sede de la Fundación, donde se encuentra el taller del escultor y donde se conservan la mayor parte de las (voluminosas) piezas; la casa natal del artista y el Centro de Interpretación del Agua / Museo Berrocal, los tres vértices que habrían de constituir el Sistema Berrocal proyectado por la Fundación. Sin embargo, el museo que quiso Berrocal sigue brillando por su ausencia, ya que lo que puede verse en el Centro de Interpretación es una mínima parte de lo que en su momento se anunció. Después de haber buscado sedes para el museo en la capital malagueña en unos años en los que la competencia se mostró abrumadora (uno de los primeros equipamientos barajados fue el Cubo del Puerto, reservado finalmente al Centro Pompidou; posteriormente, el alcalde, Francisco de la Torre, ofreció como contrapartida a los herederos una sección de la antigua Tabacalera, junto al Museo Ruso, que fue rechazada dadas las dimensiones del proyecto diseñado), la familia ha centrado sus esfuerzos en la Fundación (que realiza numerosas actividades a lo largo del año) mientras sigue en el aire la posibilidad de que las obras vuelvan a Verona para probar fortuna con el museo idóneo en Italia.
Formado en ciencias exactas en virtud de unos estudios de Arquitectura que abandonó a favor de las Artes, Miguel Berrocal hizo de las matemáticas y la proporción una cuestión casi obsesiva. Actualmente, de hecho, sus obras son reclamadas tanto por museos de arte de todo el mundo como por instituciones científicas y académicas. Y es precisamente un museo multidisciplinar, entre el arte y las matemáticas, lo que la Fundación quiere encontrar para Berrocal. Ojalá que antes de otros diez años.
En busca de la proyección de un legado invisible
La Fundación Escultor Berrocal , que custodia en Villanueva de Algaidas las obras del artista así como su taller y su biblioteca, conmemoró ayer domingo con una jornada de puertas abiertas el décimo aniversario del fallecimiento de su titular. La institución puesta en marcha por la viuda y los hijos de Miguel Berrocal trabaja en la visibilidad de un legado artístico de gran calado, pero sin un museo que de manera natural recoja y luzca los frutos el empeño se hace a veces cuesta arriba. Sin embargo, el centro recibe durante todo el año a artistas, matemáticos, científicos, arquitectos, escenógrafos y demás expertos interesados en las esculturas modulares de Berrocal como objetos de estudio; así como a instituciones de las más diversas disciplinas que acuden en busca de préstamos para sus exposiciones.
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