Cultura

Bibliotecas a medio gas

  • Málaga celebró ayer la efemérides anual de estos espacios, en los que, según la Asociación Andaluza de Bibliotecarios, falta personal y presupuesto

El escritor norteamericano galardonado con el Premio Nobel de Literatura John Steinbeck dijo una vez que puede medirse la cultura de un pueblo por el grosor del polvo en los libros de una biblioteca pública. Así es. Periódicos, libros, películas, música. Allí uno puede encontrarse cara a cara con ella -la cultura: lo que fuimos, somos y seremos- a coste cero. Es por este motivo por el que los espacios de este tipo cumplen una función educativa, social e inclusiva fundamental, más aún en tiempos de crisis. Ayer, Málaga celebró la efemérides anual en honor a éstos con talleres infantiles o clubes de lectura, entre otras actividades. Pero, ¿a qué problemas se enfrentan hoy en día las bibliotecas malagueñas?

Una de los principales amenazas, según explica Antonio Tomás Bustamante, presidente de la Asociación Andaluza de Bibliotecarios, tiene que ver con el escaso número de personas contratadas. "Sé que las bibliotecas municipales de Málaga adolecen hoy en día de personal. Se necesita convocar nuevas oposiciones para contratar a nuevo personal bibliotecario que cubra las bajas por vacaciones, enfermedad o embarazo", reconoce en tono amable Bustamante, que atiende a la periodista de manera improvisada en una de las aulas de la Facultad de Filosofía y Letras donde trabaja como bibliotecario desde hace 20 años.

Actualmente, "el personal que atiende a la red de biblioteca municipales es insuficiente (1 por biblioteca en casi todas) y para atender las bajas y vacaciones se contratan servicios externos y con turno de trabajo de jornada partida y sábados por la mañana", explica Eduardo Zorilla, el portavoz de Málaga para la Gente, en la moción por escrito que llevará el grupo este jueves en la comisión de Economía y Hacienda, Reactivación Económica, Promoción Empresarial, Fomento del Empleo y Turismo, donde se pedirá incrementar los recursos humanos y reforzar la plantilla de bibliotecarios/as, auxiliares y ordenanzas en dichos espacios.

Otro de los puntos que se discutirán está relacionado con las condiciones laborales de los trabajadores externos de las bibliotecas municipales que atienden bajas. "Al parecer la nueva empresa adjudicataria ha realizado una mejor oferta que las demás, es decir más baja, y también pagará menos a los trabajadores que a partir de ahora asuman la prestación de este servicio municipal, por cada hora recibirán tan sólo 3,95 euros la hora, el mínimo que legalmente se puede pagar [...] Así es que los actuales trabajadores se van a quedar en la calle y sin desempleo, ya que cobraban 4,5 euros la hora, lo que supone un total de 154 euros al mes", se lee en la propuesta de Málaga para la Gente.

La respuesta por parte de la Asociación Andaluza de Bibliotecarios ha sido inmediata. "Esta mañana se ha hecho una denuncia vía Facebook. Es una aberración y una vergüenza pagar eso por un servicio prestado por profesionales del ramo, pero hay gente con tanta necesidad que se presta. De eso se aprovechan las administraciones hoy en día", esgrime el director del colectivo. En opinión de Zorrilla, en sintonía con las asociación, estas condiciones rozan "la semiesclavitud". Lo más preocupante, en palabras del portavoz malagueño, es que esas personas viven en "la incertidumbre" porque no saben si se van a ir a la calle.

Bustamante además demanda mayor inversión económica -"un gran problema en época de crisis", admite- dedicada a mejorar las instalaciones o ampliarlas y a alimentar los fondos bibliográficos. "Por lo general con la crisis se han dejado de comprar novedades: desde libros infantiles, pasando por novela, recursos electrónicos o títulos musicales", señala. En 2015, el consistorio destinó más de dos millones de euros a las bibliotecas municipales: 1.870.001 en concepto de personal y 234.297 en bienes corrientes y servicios. Este año, el presupuesto contempla un aumento de 197.796 euros en el gasto corriente para la puesta en marcha de nuevos servicios y bibliotecas (incluidas externalizaciones), aunque no varía significativamente en el caso del dinero presupuestado para personal -8.281 euros-.

El horario de éstas -normalmente de lunes a viernes, mañana y tarde; y sábado por la mañana- también se convierte en uno de los principales escollos. "La biblioteca se abre de acuerdo con el personal que tiene. Por desgracia los presupuestos son los que son... Aspiramos a abrir incluso de noche o los fines de semana", declara Bustamente, que cree que es "una incongruencia cerrar las bibliotecas por la tarde en verano". Para él, "lo ideal sería que el personal, que tiene derecho a vacaciones, se supliese con personal extra y se abriera en horario de mañana y tarde los siete días de la semana si pudiera ser porque la sociedad se lo mereces y más en lugares de costa, donde la gente se queda en época estival".

Más aún cuando a causa de la crisis económica, las bibliotecas se han convertido en "un refugio para indigentes en invierno". "Durante el día van allí porque no tienen otro techo donde resguardarse", comenta Bustamante. Además, las familias también utilizan este servicio para sacar películas o llevar a sus hijos a actividades a coste cero. "Queremos que estos espacios se conviertan en una extensión más de su casa", manifiesta. Para ello, los bibliotecarios, que suplen todo tipo de carencias con "vocación, buena voluntad y vocación", tienen que "diversificar la actividad para ofrecer más y mejores productos", reconoce.

En este sentido, Bustamente menciona el papel de las herramientas digitales: "Son un complemento. Tenemos una plataforma a nivel andaluz llamada Biblo, en la que se hacen préstamos digitales [...] Las redes sociales son un punto de apoyo para mejorar el servicio. Twitter, Facebook, blog, Instagram. Incluso hasta el WhatsApp es una herramienta importantísima". Aún así, Bustamente reconoce que "hay que concienciar a los políticos de que la biblioteca presta un servicio fundamental en la sociedad. Mientras eso no ocurra eso será una batalla perdida". Aún estamos a tiempo.

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