Cultura

El Bisbal más filarmónico deslumbra en el Teatro Cervantes de Málaga

  • La Orquesta Filarmónica de Almería acompaña al artista almeriense en la gira que puso fin en Málaga

David Bisbal durante su actuación en el  Teatro Cervantes de Málaga

David Bisbal durante su actuación en el Teatro Cervantes de Málaga / Domingo Mérida (Málaga)

Más de una treintena de músicos componían la Orquesta Filarmónica de Almería que se asentaba en el escenario del gran Teatro Cervantes mientras jóvenes, mayores y niños se entremezclaban en las butacas. Las primeras notas comenzaban a retumbar. Aplausos, silencio, y por fin apareció David Bisbal con micrófono en mano dispuesto a entregarse con la primera canción Esclavo de tus besos. "Ole, ole y ole" coreaban los fans cuando, entre gritos y aplausos, llegó la segunda canción, Silencio. Al finalizarla, el artista celebró la fidelidad del club de fans que se emocionaba en primera fila.

Bisbal soñó con la parada del tiempo en el escenario, “ojalá no amaneciera nunca, yo me quedo aquí” dijo el artista antes de arrancar con el tema de No amanece. Posteriormente, el escenario se transformó en un mar de luces rojas, resonaban ritmos folclóricos, Bisbal recitó Caminaré y su voz entonó tonos inaccesibles.

Comenzó la segunda parte tras un descanso en el que no se tuvo que echar mano de la paciencia porque la OCAL siguió con su cometido. Sonó el entrañable tema que el músico dedicó a su hija Mi princesa, con el que deleitó al público que movía los brazos al compás de la melodía. Se pudo vislumbrar alguna mirada humedecida durante la canción. Todo el Cervantes se puso en pie y orquesta y público se fundieron en un jaleo agradecido.

Uno de los temas más míticos del artista llegó, Culpable, con el que el cantante de tirabuzones rubios se acercó aún más a su público. Lo tenga o no, Dígale y Ruido fueron las canciones que sucedieron en el Cervantes tras las que vocalista y director de la orquesta, Michael Tomas, se fundieron en un abrazo. Al son de la balada se recitaron las letras de Quiero perderme en tu cuerpo, Esta ausencia y Me derrumbo, la parte más pausada y sentimental del espectáculo.

Llegó el turno para los éxitos más conocidos del almeriense, los espectadores bailaban tímidamente cuando comenzó a sonar Si ella te quiere. Minutos después, los seguidores de Bisbal estaban en pie mostrando ganas de disfrutar mientras coreaban “siempre contigo”. No hubo tiempo para volver a tomar asiento cuando un foco señaló a uno de los violinistas quien marcó el ritmo de Bulería, el reconocido tema con el que David Bisbal comenzó a moverse a ritmo de la música mientras resonaban los versos “ay ay ay no me dejes sin tu amor, sin tus besos soy un pobre corazón”. Sonó la última canción, no podía ser otra que Ave María en la que el escenario fue testigo del talento vocal y las dotes de baile de Bisbal y la paredes del teatro acogieron a un público agradecido que pedía otra canción.

Los ajustes de Juan Cruz-Guevara provocaron que el espectáculo constatara una perfecta fusión entre la serenidad filarmónica y el arranque del almeriense en una cita que no quiso perderse Francisco de la Torre, alcalde de Málaga, quien se situaba entre un público que no dudó en alzarse de la silla repetidas veces y entre el que se costaba encontrar una mascarilla mal colocada. El viaje más andaluz de Bisbal llega a su fin en las tablas del Cervantes. “Estos cuatro conciertos eran un sueño para mi. Esta es mi tierra, aquí me siento en casa”, declaró el artista en una pequeña gira que ponía fin conforme llegó la noche a la ciudad de Málaga.

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