"Hay una norma no escrita en este festival y es que no repetimos banda", recita de corrido Antonio Mata, uno de los organizadores del Canela Party, como si de una regla de una hermandad de exploradores al estilo Goonies se tratara. Sin embargo, este año al cumplir diez ediciones decidieron hacer una excepción: "Sólo hemos roto esa norma en dos ocasiones muy especiales. Cuando The Skirmish Society -la banda germen de esta peculiar fiesta musical- se reunió de nuevo en 2013 y cuando el conjunto de Málaga Notes to myself decidió separarse. Así que tocaron a modo de despedida. Fue uno de los momentos más bonitos en diez años de pitote", admite Álvaro Fernández, otra de las personas indispensables a la hora de montar "esta idea tan loca".

El festival arranca hoy su décima edición con un cartel "lleno de bandas reincidentes a propósito", según cuenta Alberto Pérez Beto, como Airbag, Joan Colomo, Toundra o Nueva Vulcano, entre otros. "Nos saltamos las reglas porque hemos cumplido diez años, quien lo diría", comenta entre risas Mata. "El primer año nos llamamos Canelacore y en él tocaron conjuntos más hardcore, más extremos. Al tercer año decidimos no encasillarnos porque si no, no hubiéramos crecido. Además, no sólo nos gustan un estilo de música", explica Beto mientras rememora .

"¿Entonces cuál es el nexo de unión?", pregunta la entrevistadora. Todos responden al unísono: "La música alternativa, más underground". La idea de la cita con el hedonismo y el confeti adheridos a su identidad surgió durante una cena entre amigos. "Ocurrió de manera natural. Todos nosotros llevamos muchos años organizando movidas de este tipo, pinchando música del estilo. Al final sale solo", declara Fernández entre risas, que tiene claro que el Canela no es uno festival al uso. Pérez da la clave: "Si tapas el nombre del festival igual te confundes [...] Nunca invitaríamos a Supersubmarina a nuestro festival", bromea.

Otra de las claves radica en su originalidad. ¿En qué festival las bandas y su público se disfraza?Incluso hay un concurso. "Este año tenemos varias categorías: mejor disfraz individual; grupal; en pareja; el peor y quizá habrá otra, pero por ahora no queremos desvelarla", comenta Beto. Así que esta situación da pie a "anécdotas surrealistas". "A punto de morir de un colapso de calor, mientras tocaba con la Célula Durmiente en 2012, unos chavales vestidos de los Chunguitos se subieron al escenario y rompieron una guitarra. Fue apoteósico. Me pareció una performance estupenda", remomora entre risas el cantante catalán Joan Colomo, que este año tocará el viernes, "el día de los niños y los perros disfrazados", gratis en el Muelle Uno. "Del Canela me gusta que el público entusiasta se exprime a fondo para buscar los disfraces más ideales y surrealistas en pleno agosto con toda el calor", remata Colomo.

"Presentamos ¿Quién mató a Airbag? en la tercera edición y en el setlist no incluímos Cubo de rubik -una de las canciones de ese disco-, pero en cuanto vimos a una persona vestida del rompecabezas tuvimos que hacerlo", relata Adolfo Díaz, el cantante del trío punk pop esteponero. Para Airbag es una "suerte" volver al escenario Canela: "No fue uno de nuestros mejores directos por las circunstancias: Pepillo -bajista del grupo- había sufrido un accidente; yo volvía de viaje. Así con este concierto nos quitaremos la espinita. Además, vamos a tocar una selección de las mejores canciones", adelanta.

"Hay algo que nos diferencia de los demás: buscamos la diversión y no la rentabilidad [...] Además, la Carrasquilla hace el agosto con nosotros. Ella nos cede gratuitamente el confeti, valorado en unso300 euros", revela Perez. El festival, eso sí, es algo más que confeti. Compruébenlo.